"Essalud atiende al 36% de la población peruana (esto es, a 11,5 millones de personas) con un ingreso anual de más de S/11,7 mil millones". (Ilustración: Giovanni Tazza)
"Essalud atiende al 36% de la población peruana (esto es, a 11,5 millones de personas) con un ingreso anual de más de S/11,7 mil millones". (Ilustración: Giovanni Tazza)
Fiorella Molinelli

El es una institución compleja. Con más de 11 millones de asegurados, es el único seguro que cubre la alta complejidad que ningún sistema asume. Los productos privados del mercado, por lo general, cubren al 100% las atenciones de mediana y baja complejidad e incluyen copagos y deducibles para otros servicios como hospitalización, consultas y medicinas.

La cobertura de Essalud, en cambio, incluye enfermedades de alto costo, enfermedades raras, cáncer, trasplantes, hemodiálisis y viajes al extranjero para tratamientos; no cobra copagos ni deducibles, no hace distinción de coberturas entre los titulares y los familiares.

En los países de la región, el aporte promedio al seguro social está por encima del 11% y es compartido entre los trabajadores y el Estado. En el Perú, la seguridad social se financia solo con los aportes de los empleadores –no recibe recursos del Estado–, siendo el aporte regular del empleador del 9% respecto de la remuneración. Sin embargo, por normas antitécnicas, algunas planillas aportan menos (son los casos del Minsa, Minedu, CAS, Régimen Agrario), haciendo que el aporte real promedio sea de solo el 6,5%.

Además, una característica de la seguridad social es la solidaridad; es decir, que los aportes realizados se unen en un fondo común y sirven para financiar las atenciones de quienes las necesitan. Otra característica es su obligatoriedad, debido a que el acceso a la seguridad social es un derecho fundamental.

Essalud atiende al 36% de la población peruana (esto es, a 11,5 millones de personas) con un ingreso anual de más de S/11,7 mil millones. El envejecimiento de la población, las deudas millonarias de entidades públicas y empresas privadas que ascienden a S/4.200 millones, la brecha en recursos humanos (9.000 enfermeras y 5.000 médicos) y en infraestructura (S/32 mil millones), además de 14 hospitales declarados en emergencia, y medidas legislativas que perforan el ingreso año a año por una suma de S/3.600 millones son algunos de sus grandes desafíos.

Hace unos días se presentó el “Estudio financiero actuarial” desarrollado por la Organización Internacional del Trabajo (OIT). Este evalúa la sostenibilidad financiera de Essalud en el corto y mediano plazo. También se presentó el “Libro Blanco para el diálogo”, que propone la reforma de la seguridad social como una hoja de ruta, con actividades y un cronograma para la modernización de la seguridad social, elaborado con el Banco Mundial, entidad que convocó a más de 20 especialistas nacionales y extranjeros, quienes establecieron las políticas institucionales y medidas concretas traducidas en una hoja de ruta hasta el 2022.

El “Estudio financiero actuarial” concluye que los gastos de Essalud superarán los ingresos a partir del 2020. Esta situación se debe principalmente a la existencia de regímenes especiales creados por ley, tales como el CAS, que aporta hasta un máximo del 30% de la UIT (S/1.260), educación y salud, que aportan sobre el 65% del salario, el seguro agrario, que aporta únicamente el 4%, o la obligación de pagar pensiones a los regímenes 20530 y 18846 que comprometen al 7% (S/650 millones al año) del presupuesto de la entidad. La persistencia de estos regímenes es discriminatoria y afecta el principio de solidaridad.

La recomendación del estudio es eliminar las distorsiones y uniformizar la tasa al 9% –no se pide incrementar el aporte–, además de generar medidas para recuperar las deudas y que la ONP asuma el pago de las pensiones, como corresponde.

La reforma ya empezó y se ha marcado la ruta con medidas concretas y un cronograma para mejorar cuatro dimensiones: (i) atención oportuna y de calidad al asegurado, (ii) mejora de gestión, (iii) separación de funciones y sostenibilidad financiera y (iv) transformación digital, transparencia y rendición de cuentas. Las reformas cuestan y, por lo mismo, es necesario que la hoja de ruta que aborda estos cuatro puntos sea acompañada de recursos.

Esta gestión tiene las propuestas listas para lograr la recuperación de la seguridad social. Hemos dado señales de manejo eficiente, con enfoque técnico. Nuestras propuestas han sido trabajadas con organizaciones y expertos nacionales y extranjeros. En esa línea, el Ejecutivo prepara tres decretos de urgencia para homologar los aportes, cobrar las deudas y mejorar las compras, que servirán para implementar la hoja de ruta. Como vemos, la recuperación de la seguridad social y su equilibrio financiero es tarea de todos. La reforma de verdad ya está en marcha.