Raúl Urquizo

Recientemente, el Ministerio de Salud de Panamá anunció la inclusión de la dosis de refuerzo de la vacuna hexavalente y tetravalente acelular para menores de 18 meses y cuatro años, respectivamente, en su esquema nacional de inmunización. Este tipo de vacunas pediátricas de una sola dosis previenen la difteria, el tétano, la tos ferina, la poliomielitis, la hepatitis B y las enfermedades invasivas por haemophilus influenzae tipo b. En este contexto, es necesario preguntarse qué beneficios brindaría para los peruanos una medida de este tipo y revisar qué tan completo es el esquema de vacunación nacional.

Cada año, nuevas vacunas seguras y eficaces se autorizan e incorporan al mercado mundial. En ocasiones, se trata de mejoras a las ya existentes, pero, otras veces, del desarrollo de nuevas vacunas que blinden contra enfermedades identificadas recientemente, como sucedió con el coronavirus en el 2020. Cuando un Estado adquiere vacunas con mejores tecnologías, por un lado, ofrece una protección más completa a la población y, por el otro, genera ahorros de recursos económicos y humanos que pueden ser destinados a otras intervenciones de salud pública.

Actualmente, el Perú aplica gratuitamente uno de los esquemas nacionales de vacunación más completos de América: compuesto por 17 vacunas, que previenen 26 enfermedades como tuberculosis, difteria, poliomielitis, neumococo, influenza, varicela, sarampión y paperas. No obstante, si revisamos otros planes de la región, como el de Argentina, Chile y Panamá, es evidente que aún hay oportunidades para mejorar y robustecer nuestro programa con la incorporación de vacunas innovadoras.

Por ejemplo, los organismos internacionales recomiendan la vacuna tetravalente contra la influenza para la temporada 2022, ya que protege contra cuatro tipos de virus, es altamente eficaz, reduce complicaciones graves como la neumonía y es segura tanto para niños como para adultos y personas de la tercera edad. Aunque esta vacuna está licenciada en el Perú desde el 2014, solo se aplica en centros de salud privados y podría ser incluida en el esquema nacional de inmunización a fin de que sea administrada de manera gratuita para que, de esta manera, llegue a más peruanos.

Por otro lado, si bien en los dos últimos años el sector Salud ha estado enfocado en la atención de la pandemia por el , no podemos desatender la prevención de otras enfermedades que pueden amenazar la salud pública. El rebrote de difteria notificado en el 2020 y las alertas epidemiológicas de influenza reportadas en los últimos meses son una clara y contundente consecuencia de las brechas de inmunización causadas por la reducción de las coberturas por la crisis sanitaria.

Cabe destacar que, desde la llegada al Perú de las vacunas contra el COVID-19 en febrero del 2021 hasta mayo de este año, a nivel nacional se han aplicado más de 73 millones de dosis, un logro sin precedentes en cuanto a campañas de inmunización en nuestro territorio. En ese sentido, vale cuestionarse por qué no aplicar lo aprendido a las estrategias contra otras patologías inmunoprevenibles igual de peligrosas y contagiosas.

Sin duda alguna, hitos como el anunciado en Panamá no se logran de la noche a la mañana y requieren del esfuerzo de todos los actores que formamos parte del sector Salud. Por esta razón, la modernización del esquema de vacunación tiene que ser prioridad en la agenda de las autoridades, pero también se deben implementar campañas masivas de inmunización permanentes y descentralizadas e impulsar campañas de comunicación eficaces que informen a la población sobre las vacunas que tienen disponibles de acuerdo con su edad y que reiteren la necesidad de aplicar las vacunas y refuerzos de manera oportuna. Solo de manera conjunta podremos garantizar una protección más completa para más peruanos.

Raúl Urquizo es decano del Colegio Médico del Perú