(El Comercio)
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Marisol Pérez Tello

Como todo esfuerzo de , esta se encuentra expuesta a que cada congresista y partido representado en el Parlamento vea su circunstancia y busque mejorar sus posibilidades antes de votar por un proyecto. No sé si es posible evitar esta mezquindad, espero que sí y que alertar sobre los riesgos ayude a este fin.

Es importante que se lean las propuestas. Se escuchan críticas que no se ajustan a los textos y que parecen ser más de esta puja casi constante e inútil. Felicito el esfuerzo de la comisión Tuesta, el suyo es un trabajo serio, técnico y con data.

Ahora toca el debate político y es aquí donde la experiencia de quienes viven una vida partidaria será útil, en la medida en que logre desprenderse de los vicios de la política que sacan lo mejor y lo peor de la gente.

Me parece importante dejar algunos comentarios por escrito para que puedan ser tomados en cuenta y para que ayuden a los ciudadanos a estar alertas y a formarse un juicio sobre los debates y sobre las decisiones.

El primero es que los partidos y/o alianzas representadas en el Congreso reciben financiamiento público. El 50% de ese dinero puede ser usado en gasto corriente, en algunos casos hablamos de varios millones con relación al número de curules. Mientras más dinero, más posibilidades de abrir oficinas y pagar personal en provincias y regiones, por eso no es extraño que se incrementaran el número de comités para la inscripción de partidos.

Esas son las reglas así que estemos atentos. Por ello tenemos que estar seguros de por quién votamos. Nuestro voto debería reflejar nuestra confianza pero también nuestra indignación. Nuestra esperanza pero también nuestro respaldo a la conducta ética que esperamos se refleje en un gobierno con las mismas características.

Lo segundo, y riesgoso, es el hecho de que se pueda distribuir hasta 1/5 de los candidatos al congreso solo entre no militantes. La propuesta plantea que 4/5 deben ser elegidos entre militantes en primarias, abiertas, simultáneas y obligatorias, y de manera alternada los no militantes designados que no pasarán por este proceso. Esto debe ser repensado si lo que se espera es que se fortalezca la democracia al interior de los partidos.

Por un lado, la medida desincentiva la afiliación política: es mejor que me designen y no hago vida política ni me someto a unas primarias abiertas. Ese será más o menos el razonamiento. Por otro lado, puedo imaginar, con pena y temor, dado el número de partidos sin consistencia que hay, el negociado que eso podría significar. Se puede organizar una bancada tomando varios de estos partidos y negociando los espacios designados por grupos económicos o por el crimen organizado. Eso hay que evitarlo.

Entiendo, sin embargo, que se pueda designar una parte. En un partido con vida partidaria real se sabe que existen militantes que honrarían a la agrupación y al país con su conducta y trabajo pero que no tienen carisma o que, por lo costoso, no podrían enfrentar un proceso de primarias abiertas, que en la práctica adelanta el voto preferencial.

Invitar a 1/5 está bien pero que postulen como todos. Designar a 1/5 pero que no se restrinja a no militantes.

La reforma tiene muchas aristas y temas que aún hay que discutir, como el voto voluntario, la bicameralidad y los contrapesos. Espero que se haga, pero la urgencia es que lo que hemos descrito se debe discutir y aprobar antes del 25 de julio. Nos toca estar atentos y no callar frente a un peligro que puede evitarse. Toca dialogar, tender puentes, buscar salidas y ser flexibles sin claudicar a los principios y al objetivo de una democracia sólida o en camino a serlo para nuestro . Que así sea.