Javier Portocarrero

Los afincados en nuestro país aumentaron de unos 800 mil en el 2018 a cerca de 1,2 millones en el 2022. En el ámbito nacional, representan el 4% de la población, pero como ellos están concentrados en Lima Metropolitana, allí la cifra trepa al 10%. Convivimos con un millón de venezolanos en la capital.

La xenofobia tiende a estigmatizarlos como delincuentes, pero en realidad son una población pujante integrándose en nuestra sociedad, entre muchas dificultades. Así lo muestran los datos de la Encuesta Nacional de Población Venezolana (Enpove) 2022 discutidos en un evento en el INEI el 23 de marzo. ¿Cómo se originó todo esto?

La reversión del ciclo alcista del petróleo desnudó el Frankenstein bolivariano. Entre el 2013 y el 2020, el PBI per cápita de Venezuela cayó 80%, y gatilló una catástrofe humanitaria con un éxodo de seis millones de residentes, solo comparable –en las últimas décadas– al desastre de Siria.

Uno de cada cinco de estos ha venido al . Dos tercios lo hicieron entre el 2018 y el 2019, antes de la pandemia. A pesar de su salida abrupta y una migración llena de sacrificios, poco a poco se van abriendo camino en el Perú. La Enpove 2018 mostraba que solo un tercio de los hogares contaba con menores de edad, mientras que en el 2022 la cifra sube hasta cerca del 60%. Los solteros han bajado su participación relativa y ahora se observan más matrimonios con cónyuges peruanos.

Los venezolanos son jóvenes, con una edad promedio de 26 años. Impulsados por la necesidad, el 82% de aquellos en edad de trabajar lo hace, frente a un promedio de 67% entre los limeños. Por la misma razón, la tasa de desempleo (2,1%) es dos tercios más baja que el promedio en Lima. Es una población mayormente calificada: un 38% cuenta con estudios universitarios y un 19% adicional tiene educación técnica superior.

Entre aquellos con carrera universitaria, el primer lugar lo ocupan las ramas de ingeniería, industria y construcción. Sin embargo, solo un 8% ha homologado su título; y su inserción laboral es precaria, en empleos informales de baja productividad. Tres cuartas partes trabajan en los sectores comercio y servicios. Así, el ingreso laboral medio, siempre de acuerdo con la Enpove 2022, asciende a solo S/1.200 al mes.

El acceso a educación es razonable, con tasas de matrícula de 99% en primaria y de 91% en secundaria. En materia de salud, la brecha es mayor: el 73% no accede a un seguro de salud. Como son jóvenes, hay menor prevalencia de enfermedades crónicas. Pero casi un tercio de los afectados no busca atención de salud sea por falta de dinero, tiempo o seguro. Entre quienes sí la buscan, la mayoría acude a boticas o a centros del Ministerio de Salud. Cuatro de cada cinco han logrado vacunarse contra el COVID-19.

El hacinamiento es la norma. Más del 90% vive en una vivienda alquilada y un poco más de la mitad en predios de una sola habitación. El acceso a electricidad es casi universal, pero uno de cada cuatro hogares no tiene agua y desagüe; y algo más de un tercio no cuenta con Internet.

Aunque la cifra ha tendido a la baja, todavía un 30% de los venezolanos se ha sentido discriminado. Sobre todo, en la calle o en lugares públicos. Nueve de cada diez manifiestan tener necesidades básicas insatisfechas: salud (56%), alimentos (46%), ingresos-empleo (40%), alojamiento (31%) y educación (29%), entre las principales.

En suma, tenemos una población venezolana que se va integrando, pero lentamente y con muchas barreras. En un documento de política sobre la materia, Lorena Alcázar y Fernando Távara (2022) detallan cómo mejores políticas migratorias, menores barreras a la contratación laboral y una mejor certificación de competencias fortalecerían su integración, contribuyendo no solo a su bienestar, sino también al aprovechamiento de su capital humano, en beneficio del Perú.

*El Comercio abre sus páginas al intercambio de ideas y reflexiones. En este marco plural, el Diario no necesariamente coincide con las opiniones de los articulistas que las firman, aunque siempre las respeta.


Javier Portocarrero es director Ejecutivo del CIES