Igor Garafulic

La violencia contra las mujeres, adolescentes y niñas es un grave problema que socava sus derechos fundamentales, la salud pública y el progreso colectivo. En el Perú, ha adquirido proporciones alarmantes y persiste como una amenaza silenciosa. Ello exige una atención urgente y un enfoque proactivo hacia la prevención.

Más de la mitad de las mujeres peruanas han experimentado violencia física, psicológica o sexual por parte de su pareja, según la última Encuesta Demográfica y de Salud Familiar (Endes) 2022. Por otro lado, a diario, al menos 33 niños, niñas y adolescentes son víctimas de violencia sexual en el Perú. El 93% de estos casos afecta a niñas y adolescentes mujeres.

Erradicar la violencia contra mujeres, adolescentes y niñas requiere reconocer que es un fenómeno arraigado en las normas sociales que perpetúan los estereotipos y la discriminación contra ellas. Se trata de un problema cotidiano que se manifiesta en hogares, escuelas y calles, y sus perpetradores están más cerca de lo que pensamos. Por ejemplo, siete de cada diez niños, niñas y adolescentes víctimas de violencia sexual conocían a sus agresores. Muchas veces estos actos permanecen ocultos tras el consentimiento implícito o el silencio de la sociedad.

Si bien las inversiones para mejorar la atención a las víctimas son valiosas, alcanzar la meta de eliminar la violencia requiere un enfoque integral, donde la prevención es la piedra angular. Se requiere invertir en abordar las causas profundas que alimentan la violencia y transformar las normas sociales que subyacen, construyendo una sociedad basada en la igualdad, dignidad y justicia.

Desde la educación en las escuelas, hasta la crianza en el hogar, debemos fomentar que las mujeres, adolescentes y niñas sean reconocidas, valoras y respetadas por igual que sus pares hombres, que tengan el mismo acceso a derechos y oportunidades, y erradicar la tolerancia hacia la violencia en todas sus formas. El compromiso de todos los actores, tanto del Estado como de la sociedad, es esencial para lograr este cambio transformador.

El sistema de las Naciones Unidas en el Perú trabaja de la mano con el Estado y diversos actores de la sociedad para contribuir a prevenir y eliminar la violencia contra mujeres, adolescentes y niñas, así como fortalecer la atención a las víctimas y empoderar a las mujeres. Por ejemplo, UNFPA viene brindando atención en salud sexual y reproductiva, y prevención de la violencia a mujeres afectadas por las inundaciones en el norte del país. En paralelo, la campaña , liderada por Unicef, hace un llamado a todas las personas a actuar para prevenir la violencia sexual en el entorno más cercano de los niños, niñas y adolescentes.

La prevención de la violencia contra las mujeres, niñas y adolescentes es una necesidad apremiante para construir un Perú donde todas las mujeres puedan desplegar su potencial sin temor ni restricciones. Invertir en la prevención es invertir en un futuro donde cada individuo pueda contribuir plenamente al progreso y la prosperidad de la sociedad. Demos un paso enérgico hacia un Perú sin víctimas, sin cómplices, sin agresores. Construyamos juntos un mañana más seguro e igualitario para todas las personas, sin dejar a nadie atrás.

*El Comercio abre sus páginas al intercambio de ideas y reflexiones. En este marco plural, el Diario no necesariamente coincide con las opiniones de los articulistas que las firman, aunque siempre las respeta.

Igor Garafulic es coordinador residente del Sistema de las Naciones Unidas en el Perú