Inicios del siglo XXI. Para quienes crecimos viendo el fútbol de aquella época en Europa, el Chelsea se asemejaba al Manchester City de Pep Guardiola al día de hoy. No por la construcción del juego ni la filosofía que trajo el técnico catalán a la Premier League, sino por una política de fichajes en un mercado de pases que antes solo podíamos verlo en el videojuego de FIFA.
Drogba, Shevchenko, Cech, Carvalho, Makelele, Essien, Ashley Cole, Robben, Ballack y un sinnúmero de futbolistas de primer nivel llegaron al coloso de Stamford Bridge para poner a los ‘Blues’ en la élite del fútbol, de la mano de su inversor Roman Abramovich. Recordemos cómo este magnate ruso no vacilaba en traerle a los mejores jugadores al portugués Jose Mourinho, en pro de convertir a su institución en la número uno del mundo.
Comienzos de una nueva década. Rememorando aquellos tiempos del pasado, el multimillonario, nacido en la ciudad rusa de Saratov, agita un mercado de ligas europeas paralizado por el COVID-19. Sus primeros anuncios de fichajes, en las últimas semanas, confirman que existe toda la intención por retornar a su condición de equipo top.
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A diferencia de una política conservadora de equipos como el Real Madrid, Barcelona, Juventus y el propio Manchester City, Abramovich planea una inversión (mínima) de 180 millones de euros para la plantilla del actual técnico y símbolo ‘Blue’, Frank Lampard, de cara a la siguiente temporada donde la prioridad será trascender en la Champions League. Han desembolsado un total de 40 millones por Hakim Ziyech, procedente del Ajax de Ámsterdam; 55 millones por el delantero alemán Timo Werner, quien renunció a jugar los cuartos de final de la Champions League con el Leipzig; y pronto depositarán 85 millones por Kai Havertz, a quien se le espera con los brazos abiertos luego de su sobresaliente rendimiento en el Bayer Leverkusen.
Pero Abramovich, habiendo gastado 1.600 millones en jugadores durante más de 15 años de gestión, no solo pretende tres nombres para una versión más moderna del Chelsea, sino que también ha realizado gestiones para llevar al golero Oblak –figura indiscutible del Atlético de Madrid– a Londres, como al lateral izquierdo Chilwell, de 23 años y perteneciente al siempre esforzado Leicester City. Nada parece imposible para el magnate de 53 años, quien pretende que su Chelsea vuelva a épocas doradas en donde todo era posible. La pasada temporada, el cuadro londinense no pudo fichar a ningún jugador al incumplir el artículo 19 del reglamento de la FIFA en el caso de la contratación de 29 futbolistas menores de 18 años.
Ahora, ya con la puerta abierta para la gestión de nuevos valores para ‘Frankie’, los ‘Blues’ necesitan de carne fresca para acercarse al poderoso Liverpool, que ha sumado un total de 33 puntos más que ellos en la tabla de posiciones de la Premier League.Así que para el 2020-21 no solo tendremos la rivalidad de Guardiola-Klopp, Lampard también quiere sumarse en sed de venganza. Parece que el Chelsea, ese que ya habíamos perdido de vista, ha vuelto.
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