Un nuevo deslizamiento de piedras y tierra se registró el último jueves en los acantilados de la Costa Verde, esta vez a la altura de la playa Los Yuyos, en el límite de los distritos de Barranco y Chorrillos. (Foto: Daniel Apuy)
Un nuevo deslizamiento de piedras y tierra se registró el último jueves en los acantilados de la Costa Verde, esta vez a la altura de la playa Los Yuyos, en el límite de los distritos de Barranco y Chorrillos. (Foto: Daniel Apuy)
Angus Laurie

El peso de los edificios en los de la ha incrementado el riesgo de colapso: verdad parcial.

Aunque hay muchos edificios altos en los acantilados, muchos de ellos tienen varios pisos de sótanos para estacionamientos. En muchos casos, el edificio pesa menos que la tierra que se ha eliminado para su construcción.

El riego de los parques incrementa el riesgo de derrumbes: verdad parcial.

El riego por inundación es uno de los factores que incrementa el riesgo de deslizamientos en los acantilados. Hoy en día, los seis distritos que colindan con ellos han dejado de regar por inundación, utilizando sistemas de riego que requieren mucho menos agua, generando así un menor riesgo.

Un cambio en el perfil del acantilado (generando terraplenes) reduciría el riesgo de deslizamientos: verdad.

El sector de San Isidro es uno de los pocos lugares en los que el acantilado es verdaderamente verde. Esto es posible porque ha pasado por un proceso de geoingeniería, donde la topografía ha sido formada en terraplenes o andenes. El perfil del acantilado en este lugar tiene una pendiente de más o menos 45 grados. Con este diseño, el acantilado ha sido estabilizado y es mucho más seguro contra un eventual terremoto. A pesar de ser una estrategia efectiva, hoy en día sería más difícil implementar los terraplenes debido a que existen varios edificios construidos en la parte superior cerca al filo de los barrancos. En estos lugares no hay suficiente espacio para reducir la pendiente y generar andenes.

Unos de los puntos más críticos son los rellenos superficiales: verdad.

Cuando uno ve fotos aéreas de los acantilados en los años 40, puede apreciar que hace 75 años, los campos agrícolas del valle de Lima llegaban hasta el filo de la ciudad. Junto con ellos había acequias que terminaban generando cascadas de agua desde la plataforma superior hacia el mar. A lo largo del tiempo, las acequias generaron quebradas, algunas de ellas han sido rellenadas con desmonte y otros materiales que hacen que estos puntos sean muy inestables. En San Isidro, por ejemplo, la estación de los bomberos y otros locales han sido construidos sobre una de estas quebradas rellenadas. Otro sector es el coliseo Chamochumbi en Magdalena, cerca del lugar donde hubo un gran deslizamiento en agosto pasado.

La Municipalidad de Lima no ha tomado una posición sobre la Costa Verde: falso.

Debido a que se han registrado dos deslizamientos este año, es más que entendible que el alcalde de Lima no haya lanzado un proyecto o planteado una visión macro para esta zona, pero sí tienen una posición, la cual es tratar de entender los riesgos antes de actuar.