“El voto preferencial es un problema mayúsculo para el tema del financiamiento de los partidos políticos. Estas organizaciones están incapacitadas de poder conocer y controlar las finanzas de los 130 candidatos que postulan”. (Ilustración: Giovanni Tazza).
“El voto preferencial es un problema mayúsculo para el tema del financiamiento de los partidos políticos. Estas organizaciones están incapacitadas de poder conocer y controlar las finanzas de los 130 candidatos que postulan”. (Ilustración: Giovanni Tazza).
/ Giovanni Tazza

Si se ha cuestionado duramente –y con razón– al Congreso por la forma en la que ha decidido el destino de la caja fiscal, perpetrando un terrible forado. Lo que tiene que aprobar en relación con el financiamiento de los partidos puede marcar aún más lo que se espera de las elecciones del próximo año. A diferencia de otras reformas, la que está en juego es más compleja, por la cantidad de artículos de la ley que compromete y porque no es fácil dilucidar, a primera vista, qué es lo aconsejable. Es por eso que hemos insistido en que debe tener coherencia con lo que se propone como objetivo, regulando cómo y de dónde ingresa y egresa el dinero a los partidos políticos.

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