Un exfuncionario de Petro-Perú ha declarado que entregó más de US$1′300.000 al expresidente Alan García. El dinero sería un soborno de la empresa Odebrecht. Miguel Atala habría hecho entregas de dinero entre el 2010 y el 2017.
Lamentablemente, Alan García falleció de manera dramática y no hay cómo saber su respuesta. Su fallecimiento extingue la acción penal. No extingue, sin embargo, la necesidad de saber lo que pasó.
El testimonio de Miguel Atala es parte de la investigación por delitos de colusión y lavado de activos por funcionarios del gobierno de García.
Según Atala, él entregó personalmente el dinero en más de 40 armadas durante siete años. Por indicación de Luis Nava, exsecretario de la presidencia, habría abierto una cuenta en Andorra. Ahí habría recibido el dinero de Odebrecht, a través de la empresa Kleinfeld.
Atala habría hecho a García entregas de entre US$20.000 y US$40.000 cada vez. Habría tomado el dinero de fondos propios de bancos locales. Consignó y guardó el registro de cada una de estas operaciones.
La versión de Atala, hasta donde se sabe, no señala cuál fue la contraprestación. Qué recibió él a cambio.
El exfuncionario sostiene que Luis Nava le dijo inicialmente que abriría la cuenta para recibir pagos a su nombre. Sería por unas “asesorías” de empresas extranjeras no vinculadas con el Perú. Solo más tarde le habría dicho que tales “asesorías” eran de Alan García.
Esta parte del testimonio no se sostiene. En algún momento del proceso, Atala dijo que había vendido un terreno a Odebrecht para justificar la transferencia ilícita. Después, la investigación fiscal determinó que el terreno era de propiedad del Estado.
El interrogatorio estuvo a cargo del fiscal José Domingo Pérez. Concluirá en los próximos días.
Es importante conocer no solo lo que tiene que decir el investigado. Tenemos que saber lo que dicen al respecto los otros implicados.
¿Podía Atala beneficiar a Odebrecht con su poder de decisión? ¿Por qué recibió ese dinero?
Será difícil demostrar que Alan García recibió este soborno, si es que lo hizo. Será bastante, sin embargo, conocer la ruta del dinero y la congruencia de los testimonios.
La muerte de Alan García no puede ponernos una venda en los ojos. Se tiene que continuar este proceso hasta el final. El país tiene que saber cómo y por qué se tomaron las decisiones que establecieron a Odebrecht y la corrupción en el Perú.