El Banco Central de Reserva (BCR) hizo públicas el viernes 23 sus proyecciones para este año, las cuales en conjunto apuntan a un crecimiento de 4,8%. El presidente del BCR ha dicho que tal estimado, si bien conservador, requiere la ejecución de varias tareas que escapan a la responsabilidad del BCR, pues corresponden al Ministerio de Economía y Finanzas (MEF). A su ves, el ministro Alonso Segura ha indicado explícitamente que las condiciones están dadas para que la economía crezca 5%, pero que mucho depende de que el Congreso apruebe los diferentes proyectos de ley, necesarios para activar los planes de estímulo económico propuestos por el Poder Ejecutivo. Es decir, los principales responsables del manejo económico se sienten cómodos con sus cálculos, pero recelosos de lo que pueda acontecer en la esfera política.
Curiosamente, el BCR y el MEF ahora parecen tener menos incertidumbre acerca de la multitud de eventos internacionales que pueden afectar la marcha de la economía peruana que respecto de lo que pueda suceder con nuestra convulsionada situación política: una situación poco conducente a la mejora de la confianza hoy clave para apuntalar el crecimiento. Es en la esfera política donde el Perú se juega la posibilidad de recuperar buena parte del crecimiento de años pasados o continuar viviendo en medio de una economía anémica.
Existen buenas razones que sustentan los estimados de crecimiento: una recuperación de las exportaciones en función de la entrada en producción y la normalización de operaciones mineras y un rebote de la pesca luego de su declive de más de 50% en el 2014. Por otro lado, en la agricultura, particularmente los cultivos de arroz y café, se espera similar rebote. Todos estos factores de mayor oferta pueden concebiblemente aumentar el crecimiento en alrededor de un punto y medio porcentual respecto al año pasado. ¿Podemos suponer entonces que un crecimiento de al menos 4% está garantizado? Desafortunadamente no. Es vital que otros factores responsables por el deterioro del desempeño económico del 2014 no continúen empeorando.
En concreto, la caída de la confianza empresarial debe recuperarse sustancialmente para revertir la tendencia negativa de inversión privada que se dio el año pasado. En los cálculos para este año se estima que la inversión total (incluida la inversión pública) aportará casi tres puntos porcentuales al crecimiento de la economía.
¿Por qué debemos suponer que en el 2015 se invertirá más que en el año anterior? La respuesta positiva de los economistas se fundamenta en el impulso a proyectos de infraestructura ya anunciados que se espera empiecen a construirse en el primer trimestre del año. A esto debe sumarse la probable iniciación de varias obras en asociaciones público-privadas y otras en la modalidad de obras por impuestos. Sobre la inversión pública, se espera que el grave deterioro que sufrió el año pasado como consecuencia, principalmente, de los escándalos de corrupción en varias regiones, se recupere de manera espectacular y crezca a una tasa de dos dígitos. Esto requerirá que las nuevas autoridades de municipios y regiones superen, con ayuda del Gobierno Central, su inexperiencia en conducir los procesos necesarios para poner en marcha sus proyectos.
Finalmente, el crecimiento dependerá también del estado de ánimo de los consumidores, así como de sus decisiones respecto de la adquisición de vivienda y otros bienes durables. Sin duda, ayudarán las recientes medidas de reducción del Impuesto a la Renta y los pagos excepcionales a los servidores públicos sumados a la caída en el precio de los combustibles. Hay otras medidas que podrían poner otros 3 mil millones de soles adicionales en el bolsillo de los consumidores: mejorar la competencia en el mercado del gas y eliminar las absurdas sobretasas que hoy gravan el maíz, arroz y azúcar.
En suma, quizá este año dejaremos de oír hablar del famoso “viento en contra”; serán, en cambio, los ciudadanos los que estaremos a la espera de que amaine el vendaval político para garantizar que se haga realidad el moderado crecimiento que esperan los responsables del manejo económico.