Avancemos, no retrocedamos, por Raúl Ferrero
Avancemos, no retrocedamos, por Raúl Ferrero
Raúl Ferrero

El ajustado triunfo electoral de Peruanos por el Kambio, que ha permitido a su líder alcanzar la Presidencia de la República, coloca al próximo gobierno en una situación delicada. Esta exigirá el mayor cuidado en la toma de las decisiones iniciales para así generar los convenientes consensos que le permitan gobernar superando los contratiempos que se presenten, teniendo en cuenta que en el Parlamento, Fuerza Popular tendrá una amplia mayoría propia, que la habilitaría para legislar sin necesariamente tener que buscar acuerdos con otras bancadas. 

Si esto último ocurriera y si cada poder político del Estado pretende decidir por su cuenta cómo conducirse en el ejercicio de las competencias que la Constitución les asigna, sin realizar las convenientes coordinaciones previas que el sistema democrático aconseja, se podrían presentar entrampamientos que dificultarían las labores de gobierno. 

No está en discusión qué le corresponde hacer a cada fuerza política, pero lo que queda claro es que, en estas circunstancias, tiene que haber colaboración entre ellas para que el sistema político funcione. 

El divorcio entre los poderes Ejecutivo y Legislativo solamente traería dificultades que afectarían el trabajo político. Esto permitiría que cada uno vaya por su lado y que ello ocasione que se dejen de atender los problemas pendientes más importantes. 

En nuestra historia republicana, la falta de coordinación entre los poderes políticos nos ha dejado precedentes nefastos que nadie quiere que se repitan. 

La Constitución busca que las labores de ambos poderes políticos se entrelacen para complementarse. Así, se espera que logren armonizar sus propósitos para cumplir con la finalidad del Estado, que es la realización del bien común. 

Las elecciones generales sirven para que la ciudadanía escoja, cada cinco años, a sus representantes para cada uno de los dos poderes políticos y, una vez que estos asuman sus funciones, deben buscar la colaboración del uno con el otro y no pretender hacer prevalecer los intereses de cada grupo político sin que se tengan claramente establecidos los roles que les compete desempeñar. Siempre en pro de los intereses de la comunidad que los eligió. 

Si bien el poder lo tiene el pueblo y, por lo tanto, emana de él, quienes lo ejercen son sus representantes, a través de los órganos establecidos por la Constitución.Por ello, los partidos políticos que han logrado obtener la confianza ciudadana deben comenzar por pensar cómo pueden ejercer mejor sus funciones y mostrar que saben ponerse de acuerdo sobre los problemas que sus representados están esperando que se resuelvan.

Hoy, es hora de que cada fuerza política representada en el Congreso establezca sus prioridades, dado que sus conformaciones responden a pensamientos o proyectos políticos distintos. Tienen que encontrarse puntos de acuerdo para apoyarse mutuamente en ellos y así poder obtener los votos necesarios para aprobar las leyes que se requieren. 

Hasta ahora no parece que se haya avanzado mucho en la dirección correcta, habiéndose olvidado que los temas por tratarse precisan de acuerdos partidarios a los que hace falta ponerles ruedas para que le den sustento a la gobernabilidad del país, dejando de lado las pullas y desavenencias pasadas, priorizando los temas más importantes planteados por los distintos grupos políticos, comenzando por el diálogo entre los nuevos miembros del Poder Ejecutivo y Fuerza Popular, así como con los otros grupos que tienen representación en el Congreso de la República. 

Es momento de esforzarse por entender que la democracia nos obliga a saber escuchar los puntos de vista discrepantes y encontrar salidas prácticas a los problemas que deben ser enfrentados con sentido realista y sin apasionamientos, siempre pensando en los intereses superiores del país.