Hace mil años, los peregrinos que visitaban el Santo Sepulcro tenían un largo y penoso camino que recorrer. Muchos enfermaban en el viaje. La lepra era el mal más terrible y bastante común de la época, pero también había peregrinos que simplemente no habían soportado el largo viaje. Por otra parte, algunos eran tan pobres que no tenían dónde alojarse.
Ante esta necesidad de ayuda de esta gente enferma y pobre, un grupo de monjes italianos fundó un sanatorio en Tierra Santa para atenderla: el hospital de San Juan de Jerusalén.
Lamentablemente, aun cuando los árabes habían sido usualmente condescendientes con los peregrinos cristianos, la situación cambió y los cristianos fueron perseguidos fanáticamente. Esto llevó a la necesidad de reunir un grupo de caballeros de armas para defender a los peregrinos en sus marchas hacia Jerusalén como también para resguardar las labores hospitalarias. Así, se fundó la Orden de Juan de Jerusalén, más tarde de Rodas y luego de Malta, dos islas del Mediterráneo, en la medida en que los musulmanes iban adueñándose del Medio Oriente.
Esta institución continuó desarrollando su labor hospitalaria. En la actualidad, ya no existe la participación militar, pues la Orden se dedica exclusivamente a ayudar a los enfermos.
Este esfuerzo es desarrollado en muchos países de Europa, África y América. En el Perú, la Orden está presente desde 1948, con su ayuda a enfermos pobres.
Así, en las últimas décadas ha prestado dos tipos de apoyo: en casos de emergencia y como parte del trabajo diario.
En el primer tipo está la ayuda que se prestó después del terremoto de Ica. La Orden reconstruyó las viviendas de las comunidades Cedros de Villa y Nuevo Hualcará, en Cañete.
En el segundo tipo está el hospital –al que contribuye también la Asociación Niño Jesús– ubicado en Lima sur, donde se atiende gratuitamente a un gran número de enfermos al año, para lo cual cuenta con médicos especialistas, sala de operaciones y demás elementos de un nosocomio moderno.
Existe también en Lima sur un colegio denominado Soberana Orden Militar de Malta, con cerca de 4 mil alumnos, al cual se le presta apoyo con donaciones de libros y otras obras. Entre otras cosas, los hijos de los miembros de la Orden han contribuido a pintar las paredes de las aulas para darles a los niños un ambiente de estudio que sea acogedor. También la Orden, con la ayuda de personal de la Marina de Guerra peruana, realizó una campaña de fluorización dental a 450 niños en la comunidad nativa Santo Tomás.
En los tres últimos años, la Orden ha desarrollado otra labor de la máxima importancia en la selva de la provincia de Satipo, Junín: con la participación de 20 jóvenes peruanos y 80 jóvenes españoles, franceses, italianos, libaneses, austríacos y alemanes, todos miembros de la Orden de Malta, que aceptaron venir durante un mes por su cuenta al Perú desde Europa para colaborar con la Asociación Peruana de la Orden. Con el entusiasmo juvenil, han construido dos iglesias, una en la comunidad nativa de Chuquibambilla y la otra en la comunidad nativa de Santa Teresita. Paralelamente, se visitaron numerosas comunidades aisladas con campañas de vacunación para los niños. Además, se ofrecieron clases a los jóvenes sobre temas que el profesor de la escuela les pedía.
Este miércoles 24, Día de San Juan Bautista, se desarrollará la celebración anual de la fundación de la Orden, ocurrida hace más de nueve siglos, una de las instituciones más antiguas del mundo todavía existentes. Esperemos que la ayuda a los necesitados se mantenga y se cultive siempre, por cuanto constituye un deber, si está en nuestras manos.