Para que la política monetaria sea efectiva, un banco central debe mantener un delicado equilibrio entre no ser completamente predecible y tampoco tomar decisiones que sorprendan demasiado al mercado.
Esta regla tácita no se ha seguido al pie de la letra esta semana, pues el directorio del Banco Central de Reserva (BCR) sorprendió este jueves a propios y extraños al no reducir nuevamente en 25 puntos básicos su tasa de interés de referencia para poder seguir reduciendo el costo de los créditos para las empresas y las personas y así continuar estimulando el crecimiento de la economía en un entorno de menor inflación. Lo que sí hizo fue reducir la tasa de encaje medio punto porcentual a 5,50%, lo que permitirá que unos S/1.253 millones dejen de estar guardados y estén disponibles para ser prestados por las entidades financieras.
Las apuestas de los principales bancos y analistas era que se daría un nuevo recorte, debido a que, como reconoce el propio BCR en su comunicado, “se estima transitorio” el incremento de los precios que se registró en febrero y que llevó a la inflación de los últimos 12 meses a 3,3%, fuera del rango que se ha fijado el Banco Central como meta.
La pausa genera cierto desconcierto también porque, más allá de este hipo causado principalmente por el alza del pollo y los huevos tras la ola de calor, y por el incremento de las tarifas de agua, no se ve en el horizonte ninguno de los gatillos que pudieran justificarla.
¿La economía está creciendo con fuerza creando riesgos para la inflación? No. Aunque se espera que este trimestre la actividad vuelva a crecer después de cuatro trimestres en rojo, el avance todavía será débil y las expectativas de los empresarios sobre el futuro, aunque mejores, se mantienen mayoritariamente pesimistas. ¿Los agentes económicos esperan una mayor inflación en los próximos 12 meses? Tampoco. Las expectativas de inflación han aumentado de manera casi imperceptible, de 2,64% a 2,65%, dentro del rango meta de entre 1% y 3%.
Tal vez el BCR optó por este rumbo mirando a la Reserva Federal de Estados Unidos (FED), que aún está muy lejos de sumarse al club de países que ya están reduciendo sus tasas de interés. La continua disminución de la diferencia entre los rendimientos que se pueden obtener en ese país y en mercados emergentes como el peruano ya había estado atrayendo cada vez más capitales a EE.UU. y presionando al alza al tipo de cambio a finales de enero y en la primera mitad de febrero. Sin embargo, en las últimas semanas el precio del dólar ha tenido una clara tendencia a la baja, incluso cuando lo más probable es que la FED se demore más de lo esperado en empezar sus recortes.
Los que seguimos de cerca el manejo de la política monetaria nos hemos quedado no solo sorprendidos, sino también confundidos. Ojalá la próxima semana el presidente del BCR, Julio Velarde, pueda aclararnos un poco más el panorama cuando presente las nuevas proyecciones del ente monetario y permita que entendamos la lógica detrás de esta, por decir lo menos, singular decisión.