Vamos a un apurado pantallazo caviar para ilustrar a Gonzalo Portocarrero: los caviares originales en el Perú fueron un grupito de “niños bien” blancos, de la generación del 68 (aunque sus abuelos ideológicos se remontan al bustamantismo y la DC) y que se metieron a jugar a la revolución, imbuidos por la moda rebelde externa y ‘shockeados’ por la pobreza, con la que recién se encontraron al salir de sus elitistas colegios religiosos de entonces.
Así, fundan grupúsculos marxistas como Vanguardia Revolucionaria, pero que nunca perdieron su toque chic ni fueron ‘cholos’, como Patria Roja. Chicos blancos burgueses (Villarán, Dammert, Alayza, Costa, Lauer, Portocarrero, Blondet) y hasta de forzados apellidos compuestos (Diez Canseco, García Sayán, Sánchez León, De la Jara), la moda posera, la rebeldía antipaterna y la culpa cristiana los empujan hacia radicales posiciones infantiles de izquierda (de las que algunos nunca salieron, como JDC). Eso y un clasismo racistoide les impidieron subirse al carro de Velasco, como sí lo hicieron el PCP, los socialprogresistas y la DC.
La PUCP fue su incubadora y el cura Felipe Mac Gregor su partera (también varios religiosos de la Inmaculada, el Belén o el Sophianum).
Durante años anduvieron perdidos, hasta que en los 80 descubrieron que controlar la PUCP, hacer consultorías y formar ONG mantenidas por yanquis y europeos aseguraban buena vida y exposición (muchos trabajaron con el fujimorismo desde sus ONG e hicieron consultorías, hecho que ahora no quieren acordarse). Nunca populares, tuvieron su cuarto de hora político con Paniagua (por eso lo idolatran) y con Toledo, momento en que se dedicaron a perseguir a su ex empleador Fujimori y a hacer un modo de vida con los derechos humanos, con una CVR que les dio harta chamba a un costo de US$19 millones, indemnizaciones en la CIDH, etc…
Son una argolla muy poderosa, con miembros que se apoyan mucho entre ellos y con ramificaciones locales en la academia, la prensa, la intelectualidad, las artes y los aparatos de justicia, además de muy buenos contactos externos con sus pares caviares foráneos. Militantes extremos de “lo políticamente correcto”, quien discrepa con ellos es fascista, bruto y corrupto (¡lo más paradójico es que el término DBA lo inventa J.C. Tafur, una mano derecha de Calmell del Solar en el entonces montesinoide “Expreso”!). El corazón de su sistema es la PUCP, razón por la cual la defienden tanto de la Iglesia. Cuentan con aliados en los llamados fujicaviares (funcionarios fujimoristas que ahora no se acuerdan de su pasado) y en románticos jóvenes hipsters, socialconfusos mocosos bohemios e idealistas, sin idea de nada.
Su esplendor se dio con Villarán en la alcaldía limeña, donde han hecho un papel lamentable, además de pelearse con la izquierda chola y echarse en el toledismo. Sin embargo, DGS aún tiene ronca en el Ejecutivo, por el asesor nadinista ‘Coco’ Salazar, y por eso dicen que puso ciertos ministros (Roncagliolo, ‘Mocha’, Figallo, Eguiguren, Eda, Pedraza, Jiménez) y logró la candidatura a la OEA. ¿Contento, Portocarrero?