Celos, celos, que hieren, que matan, por Cecilia Valenzuela
Celos, celos, que hieren, que matan, por Cecilia Valenzuela
Redacción EC

El último domingo debe haber sido uno de los peores para la pareja presidencial. , el que ubica al ministro del Interior, , como el más popular del Ejecutivo, debe haberles provocado el más tempestuoso ataque de rabia y celos: Urresti ha crecido políticamente y podría dejarlos solos y atrás.

Los más preocupados con los resultados son los allegados al general, creen que los celos de podrían causarle serias consecuencias. Uno de sus antiguos compañeros de armas, quien por el momento mantendrá su identidad en reserva, afirma que la incomodidad en Palacio data de largo, y dice que empezó cuando lo nombró ministro.

Desde su puesto de Alto Comisionado en Asuntos de Formalización Minera, Urresti fue uno de los pocos funcionarios públicos que contó con el aplauso de la gente y el apoyo de la prensa crítica a Palacio y al nacionalismo. Ahora que dobla en popularidad al presidente y le saca una ventaja de 20 puntos a la primera dama, los operadores de prensa de Palacio han entrado en trompo y podrían, refiere la fuente, echar a andar una operación que perjudique y hasta liquide políticamente al general.

En julio, cuando se hizo pública la noticia de que el general Daniel Belisario Urresti Elera del periodista ayacuchano Hugo Bustíos, sus allegados responsabilizaron, en privado, al aparato de prensa de Palacio de Gobierno de la filtración. Según ellos, . Y la prontitud de la filtración y el tipo de detalles que trascendieron los pusieron en alerta.

Apenas se desató el escándalo, Nadine Heredia dijo que es respetuosa de los derechos humanos y también de la presunción de inocencia. Y que no hay que condenar a nadie con anticipación, recuerda la fuente, pero dice que sus gestos, los hace pensar que ella era la más interesada en que el tema prendiera. “Ella aparece en público con todos los ministros, pero si no te has dado cuenta, con Urresti nunca posa”, añade.

Otra fuente sostiene que el tema de y el de la cantidad de toneladas que se leyeron al revés, también fue una trampa. Dice que el general no padece discalculia y que los datos equivocados fueron orquestados desde la oficina de prensa de Palacio. Claro, no dice nada sobre los otros datos errados y las otras exageraciones.

El general Urresti es picapleitos, provocador y cachaciento hasta la ofensa. Le gustan la política y la foto, y aunque reitera constantemente su lealtad a Humala, no es tonto, sabe de dónde vienen las flechas que lo enfrentan, herido, con adversarios mejor ilustrados.

Así es que, por más lenguaraz que sea, debe tener mucho cuidado porque al igual que la envidia, los celos y la rivalidad en la política implican peligro; y las personas que los sienten pueden llegar a extremos nunca imaginados.