Quien mejor ha sabido aprovechar la situación política de los últimos años es Alianza para el Progreso (APP), el partido fundado por César Acuña, actual gobernador de la región La Libertad. Con 15 congresistas elegidos en el 2021 (hoy mantiene 14), ha logrado obtener poder e influencia en el Congreso y el Ejecutivo.
En el Parlamento su partido lleva ya dos presidencias (Alejandro Soto y Eduardo Salhuana) y en el Ejecutivo su influencia va desde sectores como Salud hasta la designación de embajadores políticos en ciudades queridas por Acuña. No hay duda de que los apepistas tienen muñeca política. De otra manera no habrían podido llegar a tener una posición tan ventajosa entre quienes han decidido sostenerse mutuamente para llegar al 2026.
Solo para dar algunos ejemplos, para este período parlamentario han logrado obtener las comisiones de Presupuesto, Protección al Consumidor y Trabajo. Considerando que APP tiene vocación regionalista y municipal, Presupuesto es más que una perita en dulce. Recordemos que, en estos tiempos, un presidente de comisión puede llegar a tener tanto o más poder que un ministro (hasta de Economía).
Pero, más allá de obtener poder e influencia, ¿cuál es la línea política de APP? ¿Qué reformas relevantes han propuesto o qué quieren para el Perú? Llevamos años siguiéndolos y lo predominante es encontrar que en su equipo hay (o hubo) desde violadores (sentenciados como el excongresista Freddy Díaz) hasta mochasueldos y promotores de la minería informal e ilegal. APP no tiene una línea política clara más allá de tener influencia y acceso al poder. Son como una malagua que sabe pegarse al poder y moverse para uno u otro lado en función de lo que le convenga en determinado momento o circunstancia.
Con su plataforma empresarial en el sector Educación, César Acuña ha logrado acumular una importante fortuna que lo coloca en la lista top de los millonarios peruanos. Destaco esto porque, si bien hay otros políticos en ejercicio que tienen recursos, los del líder apepista superan largamente a los de sus rivales.
Ni la plataforma educativa ni los recursos económicos le han servido para establecer una línea política o de políticas públicas en favor del país. No ha podido ni “alquilar” a buenos técnicos ni políticos.
El dinero sí puede ser muy relevante de cara a la próxima campaña. Con la absurda prohibición de financiamiento privado, quienes tienen más recursos propios pueden tener mayores ventajas.
APP puede volver a tener una bancada que le permita mantener vigencia e incluso, por su muñeca y dinero, conseguir aliados electorales de diverso tipo. La campaña puede estar dura para algunos con poco acceso a recursos y quién sabe qué sorpresas nos podamos llevar.