A solo tres semanas de que se cumplan los primeros 100 días del Gobierno de Pedro Castillo, es tiempo de revisar en qué van las propuestas que hizo cuando era candidato. Y aunque para algunos pueda sonar excesivo pedir resultados con solo tres meses de gestión, se trata de promesas y plazos que el ahora presidente planteó para alcanzar la victoria electoral.
Así, valdría la pena recordar las iniciativas que incluyó Perú Libre en el documento “Perú al bicentenario sin corrupción” poco antes de la segunda vuelta y que coordinaba el luego defenestrado Roger Nájar. En ese texto, publicado ante la ausencia de un plan de gobierno real y presentado por Castillo en las redes sociales, el partido del lápiz explicaba en 15 páginas las medidas que el Ejecutivo priorizaría en los primeros 100 días de gobierno en caso ganase la elección presidencial.
Sobre el sector salud, por ejemplo, Castillo propuso crear un “Programa Nacional Perú Libre de Pandemia” para el que el Estado destinaría un presupuesto y que contaría con la participación de especialistas en salud pública. ¿Se ha escuchado algo sobre eso? Ni una palabra.
Tampoco se sabe nada sobre el “Comando Nacional Unificado de Lucha contra el Covid” que presidiría el Ministerio de Salud y que incluiría a técnicos especializados y funcionarios regionales. Ni sobre las “Casas Respira” que se instalarían en todos los distritos y aislarían a pacientes que requieran oxígeno.
En la misma línea, el Gobierno no ha dicho nada sobre la promoción de la telemedicina para ampliar la atención de enfermedades no vinculadas a la pandemia. Y mucho menos sobre la provisión de 1.000 camas UCI, 5.000 camas hospitalarias y la incorporación de 5.000 equipos de salud que prometían en el documento publicado en mayo.
Ahora, para ser justos, sí existe un punto que el Ejecutivo podría cumplir: la vacunación de todos los mayores de 18 años antes de fin de año. Aunque el mayor mérito de la administración del partido del lápiz en este aspecto ha sido mantener a los equipos técnicos que trabajaron en ello durante el gobierno anterior.
Pero las promesas no se limitaron solo al sector salud. Sobre la masificación del gas, el documento omitió mencionar que buscarían devolver el GLP al fondo de estabilización de precios. Más bien, anunciaba la construcción de una red nacional de tuberías para transportar el gas (algo bastante lejos de la amenaza de expropiación que soltó el ex primer ministro Guido Bellido).
Otros asuntos pobremente sustentados también han quedado en el aire. Medidas que calificaban como urgentes, como el programa “Chamba Joven” o el subsidio focalizado a servicios como agua, electricidad o Internet, han existido solo en el papel. Lo mismo ocurre con el retorno seguro a la educación presencial, que si bien empieza a darse, los protocolos poco o nada tienen que ver con los publicados en el texto.
A lo que sí le ha metido ganas el Ejecutivo, en cambio, es a medidas más simbólicas, como el lanzamiento de la segunda reforma agraria. Y a otras que solo generan inestabilidad, como la promoción de un referéndum para redactar una nueva Constitución (tema al que el documento presentado en mayo dedica tres páginas).
También hay otras medidas importantes que el presidente anunció desde su primer día en el cargo, pero que no estaban en el plan a corto plazo, como el Bono Yanapay o la implementación de rentabilidad social minera. Ahora, esto puede haberse dado porque el texto anunciaba “sucesivos documentos” que nunca vieron la luz y que supuestamente cubrirían las urgencias en temas como la lucha contra la corrupción, el desarrollo infantil temprano o la educación.
O quizá ha sido así porque en Perú Libre a nadie le importó preparar propuestas para esos temas durante la campaña. Y, como esta se trabajó improvisando sobre la marcha, se pasó la página rápidamente.
Una idea atribuida a William Shakespeare dice que la mejor improvisación es aquella que más se ensaya. Lo que esto quiere decir es que las posibilidades de fracasar cuando se enfrentan situaciones imprevisibles son mayores si es que uno no está bien preparado. Viendo el trabajo del gobierno en estos casi tres meses de gestión, creo que queda claro a qué se refería. Porque, como van las cosas, hasta ahora se cuentan más cambios en el Gabinete que objetivos cumplidos.