Jeffrey Radzinsky

El próximo 12 de julio es clave en el calendario político, puesto que es la fecha límite de inscripción en los para aquellos que pretenden candidatear en las presidenciales y parlamentarias.

Junto con la decadencia de nuestra representación política, recordemos que nos movemos entre marcados contrastes; fuimos hace algunos años un gran caso de éxito, reduciendo la pobreza desde el 58% de la población en el 2003 a menos del 24% en el 2014. Somos una potencia mundial en minería y agroindustria, pero sufrimos una de las mayores tasas de mortalidad per cápita por el COVID-19 y tuvimos seis presidentes de la República entre el 2018 y el 2023.

El Perú se encamina a un gran ciclo electoral que calentará motores con intentos de revocatoria, dirigiéndonos al 2026 para elegir presidente, diputados, senadores, así como alcaldes y gobernadores.

Mientras varias organizaciones intentan cumplir formalidades para sumarse al enorme grupo de 28 partidos registrados, cabe preguntarnos: ¿Cuándo y cómo se iniciarán las campañas electorales? Algunas ya se iniciaron, otras esperan inscripciones o eventuales alianzas para arrancar, lo claro es que una campaña requiere de equipos, diagnósticos y estrategias. Igualmente, es importante el conocimiento de los candidatos y el partido a postular. Esto implica evaluar las características del candidato, identificando fortalezas y debilidades.

Asimismo, se debe tomar en cuenta el conocimiento de los adversarios políticos y sus organizaciones. La paradoja es que con el voto preferencial al Congreso también hay “adversarios” en la misma lista parlamentaria.

De igual forma, es oportuno conocer adecuadamente el electorado. Los votantes se pueden clasificar de múltiples maneras, partiendo por características objetivas de edad, residencia u ocupación, y subjetivas, como identificación ideológica o modelos referentes, alineados al “humor” electoral que vincula a perfiles y demandas concretas.

Finalmente, se debe tomar en cuenta el conocimiento de la dinámica electoral y los hitos del proceso. Desde las normas y el calendario electoral, hasta los eventos que marcan etapas en las que se deberán construir propuestas y simbolismos emocionales para múltiples audiencias, a través de diversos medios diferenciados.

La comunicación política tiene ciertos criterios compartidos con la publicidad comercial, pero también varias particularidades y códigos propios que resultan fundamentales para persuadir a los electores y ganar elecciones, en un ambiente de motivaciones complejas que van más allá de las cotidianas elecciones de consumo.

*El Comercio abre sus páginas al intercambio de ideas y reflexiones. En este marco plural, el Diario no necesariamente coincide con las opiniones de los articulistas que las firman, aunque siempre las respeta.

Jeffrey Radzinsky es director de GFP consultores