Federico Salazar

El presidente ha negado las imputaciones en su contra. Se le investiga sobre delitos de organización criminal, colusión agravada y tráfico de influencias.

A nadie sorprende que el presidente niegue los cargos. Sorprende, sí, que diga que está dispuesto “a seguir respondiendo porque el Perú necesita que se aclarezcan (sic) las cosas y lo vamos a seguir haciendo” (“La República”, 18.6.22, p. 4).

Su abogado presentó un recurso de “tutela de derechos”, para evitar la investigación fiscal. ¿Esto es “seguir respondiendo”? ¿Es esto lo que significa “seguir esclareciendo las cosas”?

La imputación es grave. El ex raquetero Zamir Villaverde se grabó mientras entregaba un soborno al ex ministro de Transportes, .

Villaverde le entregó “100 grandes” (100 mil soles) a Silva. Era una “buena señal” de una empresa licitante, según dijo. El audio lo publicó el programa “Combutters”, de Willax TV.

La grabación ha sido autenticada por un colaborador eficaz. Identifica a los dos interlocutores (el documento fiscal, en El Comercio, 5.6.22).

Eso fue el 4 de noviembre por la noche. El 5 de noviembre, en la mañana, Silva se reunió con el presidente Castillo. Cincuenta mil soles serían para él, según una versión periodística aún no autenticada.

De acuerdo a Villaverde, Karelim López habría hecho entregas de 100 mil, 50 mil y 5 mil soles al presidente Castillo.

López sostiene que es inocente de cualquier delito. Se le vio, sin embargo, entrar a la casa de Sarratea con un bolso abultado. Se le vio salir, luego, con el bolso sin abultamiento, como testificaron las grabaciones de “Cuarto poder”, de América TV.

Los 20 mil dólares hallados en el despacho del ex secretario general de Palacio, Bruno Pacheco, habrían sido para el presidente Castillo. Serían por el cobro de cupos para ascensos en la policía, según Villaverde.

Karelim López sostiene que Castillo encabezaría una mafia en el Ministerio de Transportes, con Juan Silva y Villaverde. Este último habría representado también a otras empresas en similares sobornos.

Pedro Castillo es amigo de Juan Silva desde la secundaria. Han sido amigos de la adolescencia y Silva lo acompañó en su época sindical y en la campaña presidencial.

Castillo convocó a Silva para el Ministerio de Transportes, según declaró este al fiscal de la Nación el 27 de mayo pasado (como reveló el programa “Panorama”, de Panamericana TV).

Las imputaciones son graves, pero se requeriría que alguno de los investigados señale directamente a Castillo. Villaverde dijo que Pacheco le dijo. Se tiene que confrontar a Pacheco, pero Pacheco no está.

Lamentablemente, el entorno inmediato del presidente está prófugo (Pacheco, Silva y el sobrino Fray Vásquez Castillo). Hay recompensas por ellos.

De Castillo sabemos algo. No tiene escrúpulos para la trafa. Lo sabemos con certeza por el caso de su tesis de magíster. Esta contiene plagios, pero, además, fue comprada y presentada como si fuera suya.

Bruno Pacheco habría pagado 15 mil soles por el trabajo. No fue hecho en el 2012, porque tiene citas de hasta el 2017. Este fraude flagrante involucra directamente a Castillo. Lleva su nombre y firma.

La investigación del Fiscal de la Nación debe seguir. Y dará con los responsables de los delitos imputados, aunque quieran hacer pasar la impunidad por “tutela de derecho”.

Federico Salazar Periodista