(Ilustración: Giovanni Tazza)
(Ilustración: Giovanni Tazza)
Alfredo Torres

En la vida, como en el fútbol y en el desarrollo de las naciones, la confianza tiene un enorme poder. La confianza en uno mismo o en un equipo unido, como la actual selección peruana de fútbol, nos ayuda a triunfar. A su vez, la confianza en las instituciones nos ayuda a progresar. Cuando se puede confiar en que las instituciones públicas cumplirán con integridad y diligencia el propósito para el que fueron creadas, la energía y el talento de empresas y personas se volcará en innovar y crear valor en lugar de bregar con tortuosas trabas, campo fértil para la corrupción.

Según Ipsos Perú, cinco instituciones han mejorado su confianza ciudadana en más de 10 puntos porcentuales en la última década. Estas son el Reniec, el BCR, la ONPE, el INEI y, sorprendentemente, el Poder Judicial. El Reniec ocupa el primer lugar en el ránking general con 81% de confianza gracias a la eficiencia, seguridad e innovación constante que ha desarrollado para la entrega de los DNI. El BCR ocupa el segundo lugar con 65% de confianza –empatado con la radio y las Fuerzas Armadas– gracias a 25 años de estabilidad monetaria e inflación reducida que la ciudadanía aprecia. La ONPE y el INEI se han ido ganando la confianza de la población gracias a un trabajo técnico e independiente. Al Poder Judicial le falta mucho por mejorar, pero el crecimiento de la confianza de 20% a 32% es apreciable y puede deberse a la actitud valiente de algunos fiscales y jueces (la población no distingue bien los roles de cada uno) frente al poder político.

Entre las instituciones que más confianza han perdido, el caso más dramático es el de la Iglesia Católica. De 81% que tenía en 1997 bajó a 71% en el 2007 y a 60% en la actualidad. Algunas de las razones que podrían explicar este declive son el estilo más político que pastoral del cardenal primado del Perú Juan Luis Cipriani, y la posición ambigua de la Iglesia ante las denuncias de pedofilia. Todavía se recuerda una expresión del cardenal sobre “no hacer leña del árbol caído” cuando un obispo auxiliar fue expulsado de la Iglesia. Igualmente, hace mucho daño que el fundador del Sodalicio, Luis Fernando Figari, siga en Roma, supuestamente prohibido por el Vaticano de volver al Perú. La próxima visita del Papa Francisco puede ser una gran oportunidad para que la Iglesia recupere la confianza perdida entre un sector de peruanos.

Otras instituciones que han perdido más de 10 puntos porcentuales en los últimos 10 años son la empresa privada, Essalud y la televisión. En el caso de la empresa privada, los motivos pueden ser su escasa generación de empleo y la corrupción. En el primer caso, gran parte de la explicación está en la legislación laboral, pero el hecho concreto es que solo 20% de la PEA trabaja en empresas de más de 10 trabajadores. Para un cobrador de combi o un vendedor de un puesto de mercado, la empresa privada es una entidad muy lejana en la cual resulta difícil confiar. La otra razón cae por su propio peso. Basta con recordar que Odebrecht ha sido la empresa que más obras ha construido en el país en los últimos lustros. En el caso de Essalud, la mala gestión y corrupción que la acompañan desde hace años explicarían el deterioro de su confianza.

La pérdida de confianza en la televisión es una de las más graves. Ha caído de 59% en el 2007 a 43% en la actualidad. La situación es compleja porque es el período en el que explotan las redes sociales y el ‘streaming’ (tipo Netflix) que le restan sintonía pero el mismo deterioro de imagen no se ha dado en la radio ni en la prensa, lo que revela que la TV enfrenta un problema mayor. La culpa puede atribuirse a la tiranía del ráting, pero los propietarios de la televisión y los anunciantes no pueden soslayar su responsabilidad. Se extrañan programas como “Lo que vale el saber” del célebre Pablo de Madalengoitia, series históricas como las que producen la BBC o la Televisión Española o simplemente biografías de peruanos ejemplares. El Instituto Integración de RPP y su compromiso para poner en agenda los temas más importantes para el desarrollo del Perú es un modelo que debería ser evaluado por la televisión peruana si aspira a recuperar la confianza ciudadana.

La confianza en las instituciones públicas y privadas es fundamental para el progreso de un país, pero no se construye de la noche a la mañana. Requiere líderes con una visión clara de la razón de ser de su institución y con capacidad persuasiva para que la organización los siga tras esa visión. A mayor confianza y prestigio de una institución, mayor poder para alcanzar sus objetivos. Los partidos políticos, que ocupan el último lugar en la confianza ciudadana (18%), deberían ser los primeros en cultivar con esmero su reputación si aspiran en serio a alcanzar el poder.