Paxlovid ya es una realidad. El fármaco antiviral de la gigante internacional Pfizer que entró en circulación debido a su alta efectividad en ensayos clínicos (89%) hoy ya es altamente utilizado en países del primer mundo para tratar casos leves y moderados de COVID-19.
Paxlovid es una pastilla que contiene dos principios activos que permiten dos cosas: i) reducir la reproducción viral y ii) prolongar la permanencia del primer principio activo en el organismo. El tratamiento con el antiviral consiste en tres comprimidos ingeridos dos veces al día por cinco días y, para países del primer mundo, alcanza un costo de US$700, mientras que para países de bajos ingresos es de US$505.
Este medicamento está especialmente dirigido a pacientes no vacunados; sin embargo, al probarse que no interacciona con las vacunas, puede ser utilizado bajo la recomendación de un especialista para tratar a pacientes vacunados hospitalizados en la fase inicial de la enfermedad.
El lector se preguntará si este fármaco ya se distribuye en los hospitales peruanos. Penosamente, nuestro país no fue incluido dentro de la lista de los ocho países latinoamericanos que recibieron la licencia voluntaria para fabricar el medicamento genérico, quedando por lo tanto sin acceso a este. Una vez más, los ciudadanos serán los perjudicados en caso de un rebrote debido al mal manejo del sistema de salud pública en nuestro país.
El costo del tratamiento es equivalente a dos sueldos mínimos en el Perú. Ello, por supuesto, no es justificación suficiente, porque el Estado Peruano puede y debe asumir el tratamiento para pacientes que realmente lo requieran. El Gobierno está obligado a velar por la salud de los pobladores y permitir el acceso a medicamentos modernos en caso de una crisis sanitaria; y algo claro es que la crisis sanitaria, a nivel local, no ha terminado.
Si bien la OMS ya declaró el fin de la emergencia global, la pandemia no ha finalizado, tal y como escribí en un artículo en este mismo Diario. En efecto, aún existen casos de COVID-19 en el mundo y aún hay pacientes que perecen debido a la enfermedad. El Perú no es la excepción. Por esta razón, la investigación en coronavirus no ha cesado y aún hay laboratorios que buscan la vacuna del virus completo y, también, nuevos tratamientos o combinaciones de estos para poder superar futuros rebrotes. No olvidemos que siempre existe la posibilidad de una nueva pandemia de coronavirus en los próximos años. Y mucho me temo que, a la fecha, nuestro país no se está preparando para ella, debido a que el tema ha dejado de ser influyente en los medios y todo parece indicar que el Ministerio de Salud sigue aplacando los síntomas en lugar de alinearse con la tendencia mundial y obtener medicamentos de vanguardia.
Pese al pedido de la OMS para ampliar la lista de países beneficiados con la licencia del Paxlovid, hasta el momento, Pfizer no ha respondido; por lo que el Gobierno tendría que tratar directamente con ella mediante un acuerdo para poder tener acceso a la patente. De esta manera, si bien ahora la pandemia está controlada, con esta tecnología podremos estar preparados en el supuesto de un rebrote local. Recuérdese que en el pasado ya hemos estado frente a variantes del coronavirus SARS-CoV-2 que han logrado evadir y pasar por alto la protección de las vacunas; por ello, es necesario recordar que el virus continúa evolucionando y lo único que puede ayudar a que el sistema de salud pública no vuelva a quedar desabastecido es solo una cosa: implementar los tratamientos adecuados y que estos sean económicamente asequibles para todos.