El Gabinete Bellido obtuvo la confianza del Congreso. Es una confianza, al parecer, más basada en razones estratégicas que en aprobación a las personas y los programas.
El presidente del Consejo de Ministros ha anunciado que no hará cambios ministeriales. De esta manera, favorece un giro en el enfrentamiento con las fuerzas de oposición. Descartado el choque frontal de la investidura, lo más probable es que se pase a un pulseo caso por caso.
Bellido ha adelantado lo que harían si se procede a interpelar a algunos ministros. “Evaluaremos, porque si no nos dejan trabajar, haremos cuestión de confianza. Veremos”, ha dicho.
“En este momento –agregó– no tenemos todavía tomada la decisión porque esto no es un juego. Si una cosa no les sale, no van a venir con otra cosa”.
Entonces, la tensión y la inestabilidad no se han acabado con el voto de confianza. Insistir en los ministros cuestionados llevará a la continuación de la crisis política.
Eso se suma, en particular, a la inefectividad de las medidas propuestas para superar la crisis económica. Un Gabinete cuestionado, con falta de resultados, solo ahondará los problemas que sufrimos todos los ciudadanos.
La primera medida en el plan económico se refiere al Banco de la Nación. El Gobierno se propone darle las facultades de un banco comercial con capacidad de dar préstamos “a tasas competitivas”.
Además, al cumplir la mayoría de edad, junto con el DNI, se otorgará al ciudadano una tarjeta del Banco de la Nación. No se sabe muy bien lo que eso significa ni lo que se pretende. Queda claro que el Gobierno no ha tomado muy en serio el estudio de sus medidas y sus consecuencias.
Lo mismo puede decirse de la pretensión de producir vacunas en el país, “especialmente la anticovid”. No tenemos la capacidad tecnológica para producir vacunas de manera masiva. Conseguirla costaría muchos años y mucho dinero. Por donde se le mire, esta no es una propuesta seria.
Para reactivar el sector rural, por dar otro ejemplo, se plantea fortalecer Agrobanco. Se quiere dar 1.400 millones de soles en créditos a los agricultores. Esto, como si la banca sectorial fuera una panacea y como si aumentar el crédito por esta vía resolviera el problema de la producción y la comercialización.
El Estado, dijo Bellido, participará en todas las actividades económicas de gas y petróleo. En su concepción, eso aumentará la competencia y generará mayores ingresos al erario.
La experiencia nos dice que ocurrirá lo contrario. “Repotenciar” Petroperú significa mayor gasto, especialmente si se piensa incluir en sus actividades las energías no renovables, como dijo Bellido.
El ministro de Economía, Pedro Francke, ha señalado que el Gobierno busca ampliar los ingresos fiscales a través de tributación adicional a la minería. Los precios altos de los minerales facilitan lo que llama “sobreganancias”, de donde deberían salir nuevos tributos.
Rascar la olla de la minería puede dar ingresos adicionales inmediatos, pero no genera nuevos aportantes. Solo puede haberlos con crecimiento, y solo puede haber crecimiento si hay nueva inversión.
Ninguna de las medidas anunciadas por el Gabinete Bellido facilita la inversión. Trabada la economía y la política, las expectativas son, sin duda, sombrías. Son los de una crisis a plazos.
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