Si estuviéramos en un país donde las cosas funcionaran siquiera más o menos bien, el discurso de este 28 de julio de la presidenta Dina Boluarte debería, por lo menos, incluir los siguientes puntos que reseñaremos líneas abajo a modo de ejercicio.
“Gracias a tener un Ministerio de Salud con conducción estable y liderado por profesionales que siguen una línea meritocrática clara, el sector salud está cerrando las brechas en infraestructura y atención médica oportuna y de calidad. Esto nos permitirá estar mejor preparados para enfrentar adecuadamente los daños y las posibles epidemias producto del fenómeno de El Niño de este año y del Niño global confirmado para el 2024.
Esto lo estamos haciendo en función del registro actualizado de establecimientos y al plan multianual para cierre de brechas de infraestructura y recursos humanos. Así, estamos organizando la oferta de los establecimientos de nuestro primer nivel de atención dotándolos de equipos y personal calificado para que funcione al cien por cien. Con ello, estamos acercándonos a la promesa del aseguramiento universal en salud. El financiamiento proviene de la ejecución de los US$400 millones que el Banco Mundial y el Banco Interamericano de Desarrollo otorgaron al Perú en el 2021 para mitigar los efectos de la pandemia en el sector salud y que estaba estancada cuando asumí mi gobierno. Por supuesto que estamos preparándonos para la siguiente pandemia. No podemos repetir la tragedia del 2020 con el COVID-19.
Asimismo, estamos contratando los profesionales capacitados que Essalud y el Ministerio de Salud requieren para poder hacerle frente a la demanda incrementada por la pandemia. Hoy el Estado puede atender las citas médicas y los chequeos preventivos que se acumularon durante la emergencia sanitaria.
Nuestra capacidad previsora está mejorando. Como ejemplo, vemos cómo la Agencia Europea de Medicamentos (EMA) ha iniciado una labor de articulación entre prestadores, financiadores, productores de fármacos e investigadores para prepararse para el siguiente invierno, que aparentemente será más crudo que lo usual en el Viejo Continente. Por eso, la EMA está tomando medidas previsoras para que la oferta de antibióticos, materiales, equipos, tecnologías y profesionales estén alineados a esa necesidad que va a emerger en pocos meses. Para poder hacer lo mismo en el Perú, ya tenemos datos oportunos de acceso a medicamentos. Medimos la entrega de recetas en las farmacias públicas y monitoreamos la oferta global para anticipar riesgos de escasez. La labor conjunta entre funcionarios públicos, académicos e industria nos ha permitido definir la estrategia de respuesta ante riesgos de escasez de productos farmacéuticos. Por supuesto que estamos dándole el impulso necesario a la ejecución presupuestal, sobre todo para comprar medicamentos que atienden enfermedades de alto costo como el cáncer o las enfermedades renales.
Como parte de la transformación digital del sector, expandimos el uso de la historia clínica electrónica en los centros de salud y hospitales, siguiendo el proceso iniciado en Essalud hace pocos años. Las políticas deben tener continuidad. Esto no solo servirá para una mejor atención, sino que se reducen los costos administrativos y se brinda transparencia al uso de los recursos públicos.
Hemos despedido a todos los funcionarios comprometidos en actos de corrupción, y erradicado la práctica de algunos malos médicos que abandonaban sus turnos en el sector público para atender en consultorios privados.
Gracias a que avanzamos en la articulación del Estado y los privados, hoy el sector salud los está contratando como aliados a establecimientos de salud. Así, los privados atienden a una cantidad de asegurados establecida y con un paquete de prestaciones con muy buenos resultados.
Además, a mediano y largo plazo construiremos más hospitales mediante asociaciones público-privadas (APP), para que los ciudadanos accedamos a oferta especializada. Reitero nuestro compromiso por fortalecer y expandir aquellas iniciativas que funcionan bien, como Padomi Delivery o Farmacia Vecina en Essalud, la labor coordinada con el primer nivel de atención del Hospital de Villa El Salvador, entre otras.
En suma, como presidenta de la República, este 28 de julio quiero destacar que estamos fortaleciendo la institucionalidad en el sistema nacional de salud. Nuestro Ministerio de Salud está, finalmente, recobrando y asumiendo la labor rectora que le corresponde”.
Si bien nada de esto será dicho en esta oportunidad, el optimismo de que vendrán tiempos mejores no debe abandonarse. Tener la agenda clara sobre lo que se requiere es siempre un buen primer paso. Ojalá pronto se sume a la indispensable voluntad política para llevarla a cabo. ¡Felices fiestas patrias!