“Me dicen que ahora Madame Web es la presidenta del Perú”. Con estas palabras, el presentador de televisión estadounidense Stephen Colbert se burló hace unos días de la escueta aprobación de Dina Boluarte. La comparación se debe a que la mencionada película obtuvo una bajísima calificación en el portal de reseñas cinematográficas Rotten Tomatoes.
La popularidad de la jefa del Estado continúa descendiendo en forma imparable, y ahora está a niveles de “Cincuenta sombras de Grey” o de alguna película de Adam Sandler. La encuesta de Datum para El Comercio que se publica hoy en este Diario muestra que la aceptación a la mandataria llega solo al 5% y ha batido el récord negativo de otros presidentes en las últimas décadas.
Tampoco le ha ido bien al primer ministro Gustavo Adrianzén, a quien solo aprueba el 8% de la población. Lamentablemente para el país, estos resultados no inmutan a nuestra Madame Web, quien vive envuelta en una telaraña tejida por ella misma o por sus escuderos que le impide ver la realidad.
Fue el mismo Adrianzén quien hace unos días intentó minimizar el escaso respaldo a Boluarte diciendo que “en los lugares remotos” su aceptación es más alta. Seguramente los lugares remotos a los que alude el primer ministro no se encuentran en el sur del país, donde la presidenta solo obtiene 3%, cifra muy cercana al margen de error estadístico.
Quien tampoco tiene mucho que celebrar es el presidente del Congreso, Alejandro Soto, cuya gestión al frente de ese poder del Estado es calificada con solo 10% de aprobación.
Un dato llamativo del estudio de Datum es el incremento del número de personas que están de acuerdo con la reelección inmediata de alcaldes y gobernadores regionales por un período adicional. La reelección de estas autoridades, que deberá ser ratificada en una segunda votación, es uno de los pocos aciertos de este Congreso y pondrá fin a un despropósito populista aprobado hace diez años.