El discurso del presidente Ollanta Humala fue optimista. En su alocución el mandatario evitó la confrontación e hizo un llamado para superar muchos problemas antes del Bicentenario de la Independencia. Se refirió en especial a la educación, la salud, la seguridad ciudadana y la lucha contra la pobreza. Para ello, anunció algunas medidas económicas.
En educación dijo que se invertirán 4.500 millones de soles y en salud, 11.800 millones. Señaló que combatir la inseguridad ciudadana será una prioridad y, para esto, ha nombrado ministro del Interior a Daniel Urresti, distinguido por su gran actividad y por luchar contra todo tipo de delitos, como el hurto agravado, los marcas, los extorsionadores y los asesinos. Se duplicará el número de los efectivos de la Policía Nacional y se mejorará el estado desastroso de las comisarías, muchas de las cuales apenas tienen un viejo teléfono.
También se refirió al narcotráfico como una amenaza para el Estado. Para hacerle frente, indicó que se ha implementado una estrategia que integra el trabajo de la Policía Nacional y de las Fuerzas Armadas, fortalece la labor de inteligencia, reduce los cultivos de hoja de coca destinada al narcotráfico y combate los rezagos del terrorismo en el Vraem.
En lo relativo a la pobreza e inclusión social, se reforzarán ciertos programas como Qali Warma y el Seguro Integral de Salud (SIS), que continuará afiliando a los trabajadores independientes.
Acerca de la economía, que está en desaceleración, pues este año prevemos crecer apenas en 4%, el presidente sostuvo que se harán reformas e inversiones para que la economía recupere un buen nivel, de manera que el próximo año llegue a 6% o 7%.
Miembros de diversas bancadas criticaron el discurso por considerarlo demasiado optimista con algunas metas.
Cuando fue elegido presidente de la República, Ollanta Humala resultó ganador con 51,45% de votos, entonces muchos temían que su gobierno fuera de izquierda radical. No fue así, se alejó de la gran trasformación, de controlar los medios de comunicación y expropiar las grandes empresas a las que llamaba explotadoras del pueblo. En el camino se dio cuenta de lo errado de su anterior propuesta. Por eso, una de sus primeras medidas fue ratificar a Julio Velarde como presidente del Banco Central de Reserva.
El contenido del mensaje del lunes 28 fue directo, sin vacilaciones y franco. Me dio la impresión de ser sincero y de ocuparse seriamente de los problemas que en estos años afectan al país.
Sin embargo, cabe destacar que su gobierno, al que podemos calificar como de centro izquierda, deberá esforzarse en lo que resta de su mandato por lograr un mejor crecimiento del país, con bases sólidas, al que pueda acceder el mayor porcentaje de la población y que le permita cumplir sus objetivos. Ojalá que al finalizar su régimen podamos decir que ha tenido éxito.