Urpi Torrado

La tendencia creciente de peruanos que optan por estudiar en el extranjero debería ser un tema de preocupación y debate en el país. Según datos del Open Doors Report on International Educational Exchange, en el año académico 2022/2023, el número de peruanos que estudian en Estados Unidos se incrementó en un 19% en comparación con el año anterior; una importante diferencia si miramos la data histórica. En el 2018/2019, la cifra crecía a una tasa del 5%. Esta tendencia se repite en Europa, donde también se ha observado un aumento considerable en la presencia de estudiantes peruanos, especialmente en países como España, Italia y Holanda. En otros países de la región, el contexto es distinto. En ese mismo período (2022/2023), en Argentina y Chile los jóvenes que buscaron seguir su carrera fuera de su país representaron el 10% y el 9%, respectivamente.

Si bien el 16% de la población peruana está en el rango de edad en el que se suele realizar estudios superiores, solo una fracción de ellos sigue una carrera universitaria. La situación se agrava cuando miramos las estadísticas de algunos colegios A/B de Lima. En el 2022, un preocupante 80% de alumnos viajó a estudiar una carrera en Estados Unidos o Europa, lo que representa un incremento significativo en comparación con años anteriores; de hecho, es el doble que en el 2017.

¿Qué ha pasado? ¿Por qué ha aumentado el número de jóvenes que se van a estudiar fuera del ? Inicialmente dos circunstancias influyeron en esa decisión. La primera fue la pandemia. A diferencia de otros países, el retorno a clases presenciales en el Perú no se dio sino hasta el 2022, con consecuencias no solo en el aprendizaje, sino también en las habilidades sociales y la salud mental de los jóvenes. La segunda está relacionada con los resultados de las elecciones del 2021 y la incertidumbre que trajo dicho proceso.

Pasada la tempestad, no regresó la calma y, más bien, nos dejó a jóvenes inquietos, intrigados con la oferta educativa de otros países. Encontraron nuevas carreras (vinculadas a la tecnología y a los tiempos actuales), pero también mallas curriculares distintas y nuevas metodologías de aprendizaje. Algunos especialistas consideran que una educación más amplia y general le permite al alumno un campo laboral más amplio y no lo encasilla a una actividad muy específica. El problema es que esto no es lo que quieren las nuevas generaciones.

La generación Z o los ‘centennials’ son una generación que solo ha conocido el mundo con Internet y que socializa a través de las redes sociales. Los jóvenes de esta generación están mucho más expuestos a información, la procesan más rápido, pero, al mismo tiempo, están tan estimulados que su tiempo de atención se ha reducido en ocho segundos en comparación con los ‘millennials’. Valoran mucho las habilidades prácticas que los preparen para el mundo laboral. Prefieren el aprendizaje colaborativo.

Si bien se han hecho reformas, la pregunta es si la educación superior en el Perú es la adecuada. El 45% de peruanos cree que no. Si bien la Sunedu ha trabajado en la acreditación de universidades para mejorar la calidad de la educación en el país, el reto es mayor. Se trata de aprovechar la tecnología para ampliar las posibilidades de aprendizaje, de replantear los métodos de evaluación, pero, por sobre todo, de repensar la oferta educativa con proyección al futuro.

Ignorar este contexto podría traer como consecuencia que siga aumentando el número de jóvenes que viajan a EE.UU. o Europa a estudiar una carrera universitaria. Puede que algunos argumenten que solo es un sector de la población o que es una moda, lo cierto es que un país no puede arriesgarse a perder talentos, pues pierde también competitividad.


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Urpi Torrado es CEO de Datum Internacional