Fray Vásquez Castillo, sobrino del presidente, habría fugado en el avión presidencial. Las acusaciones por corrupción contra el Gobierno no cesan y no hay autoridad que pueda enfrentarlo. De hecho, el Gobierno dispuso la remoción del coronel Harvey Colchado de la Diviac, luego del allanamiento en Palacio. Antauro Humala es puesto en libertad sin cumplir los requisitos establecidos por ley y va por el Perú haciendo política y hablando de fusilar a los traidores a pesar de ser responsable del asesinato de cuatro policías. Una ronda campesina detiene y tortura a un grupo de mujeres acusadas de brujas. Todo ello ocurrió en el Perú en las últimas semanas, sin que los ciudadanos tengamos la posibilidad de ponerle un alto.
La clave del desarrollo de los países está en la calidad de sus instituciones políticas y económicas. Las diferencias entre los países desarrollados y aquellos en vías de desarrollo se explican por cómo han sido construidas estas instituciones. Las diferencias no son raciales ni culturales. En los países desarrollados las instituciones son inclusivas; es decir, se caracterizan por un adecuado ejercicio del poder, lo que genera bienestar real a la población. Mientras que, en los países en desarrollo, las instituciones son extractivistas o excluyentes; es decir, algunos grupos de interés abusan del poder para arrebatar la riqueza y los recursos a otra parte de la sociedad, beneficiándose indebidamente y en perjuicio de los demás.
¿Pero qué significa tener instituciones? Significa, por ejemplo, confiar en que el Poder Judicial resolverá un conflicto entre dos privados de acuerdo a ley, sin corrupción y en el plazo adecuado. En el Perú uno debe esperar 10 años litigando en el Poder Judicial, con los costos que ello implica y con el temor de que los jueces no sean probos, antes de poder resolver una causa. ‘Instituciones’ significa poder tramitar licencias de funcionamiento y operación para las empresas en plazos razonables. Las instituciones no están vinculadas exclusivamente a la actividad empresarial. Tener instituciones significa también que un ciudadano pueda obtener un pasaporte en el momento en que lo necesita sin tener que amanecerse esperando agendar una cita para dentro de tres meses. O que el acceso a los servicios de salud sea de calidad y no tener a los familiares afuera de los hospitales a la espera de la receta para poder comprar los medicamentos que impidan que su familiar pierda la vida. Y significa también que cuando una empresa como Repsol genere el mayor desastre natural en la historia del país, sea llevada ante la justicia, obligada a asumir responsabilidad, reparando y remediando el daño causado, además de ser sancionada.
‘Institucionalidad’ significa tener partidos políticos que efectivamente respondan a los intereses de los ciudadanos. Un Congreso que funcione efectivamente como contrapeso del Ejecutivo, impidiendo el abuso de poder. Y que no se escude, como hace hoy, detrás de los intereses personales de sus congresistas para ejercer su función constitucional. Significa, también, tener instituciones electorales como la ONPE y el Jurado Nacional de Elecciones que generen confianza en los ciudadanos al garantizar procesos electorales limpios. ¿Cómo podemos pretender convertirnos en un país desarrollado con la calidad de instituciones que tenemos?
Los peruanos no tenemos buenos niveles de servicios de salud, ni educación, tampoco infraestructura, ni tecnología, lo que se ve reflejado en una baja productividad. ¿Cómo satisfacemos las necesidades básicas de los peruanos si los arreglos institucionales entre el gobierno central y los gobiernos subnacionales no funcionan? No existe ningún tipo de control sobre los gobiernos regionales y municipales, sus presupuestos son millonarios y se pierden en corrupción. Mientras el acceso a agua, saneamiento, pistas y veredas, y salubridad es limitado.
Desde el sector privado tenemos la obligación de levantar la voz y hacer un llamado a la acción. Pero no basta con ello. Nos hemos acostumbrado a asumir los costos de vivir y hacer empresa en un país sin instituciones, porque creemos equivocadamente que es la única forma de salir adelante. Y no nos damos cuenta de que, en nuestra forma de birlar las reglas con la excusa de la supervivencia, estamos agrandando el problema.