El fustán de Acuña

Ya le iba mal en las encuestas. Ahora, le irá peor. César Acuña, candidato presidencial, acaba de disparar el tiro de gracia a su postulación. La legisladora de Alianza para el Progreso, Carmen Omonte, presidió la comisión para la reforma previsional. Propone crear un Sistema integrado universal de pensiones, administrado por una autoridad del sector público.

La propuesta quiere incorporar a los trabajadores independientes y crea un fondo de riesgo compartido, frente a un fondo de riesgo individual. Establece pensiones mínimas y escalonadas y autoriza a “gestores” que harían la competencia a las AFP.

PARA SUSCRIPTORES: Roberto Chiabra: “[Gobernar con] mano dura significa un trato excesivamente severo”

El proyecto modifica los porcentajes de aportes de las empresas, los trabajadores y habla de aportes del Estado. La Comisión cree que eso aumentará los incentivos para la contratación formal.

César Acuña, presidente de Alianza para el Progreso, no parece haber estado al tanto del trabajo de los legisladores de su partido. ¡A pesar de los ocho meses de trabajo!

No parece estar de acuerdo con Carmen Omonte. “Una reforma del sistema de pensiones –dice– merece un debate profundo alejado del escenario electoral” (Twitter, 28.1.21).

“El anteproyecto de la comisión especializada del actual período –agrega el candidato– debe ser visto a partir de julio por la nueva representación”.

La comisión “especializada” es la que preside su correligionaria Omonte. Ella no solo es congresista por su partido, sino su compañera de plancha presidencial.

Tenemos, entonces, un candidato a la presidencia que no coordina, habla o coincide con su candidata a la vicepresidencia. Después de la experiencia vivida en el Perú con los vicepresidentes, ¿qué significa esta flagrante falta de unidad partidaria?

Omonte, desde el Congreso, solo quiere ganar puntos frente al descrédito de las AFP.

“Mediante votación mayoritaria –ha dicho–, se ha decidido poner punto final a un sistema e instituciones que crearon muchas expectativas entre los peruanos y nunca llegaron a satisfacerlas” (Comisión Especial Multipartidaria…, nota de prensa).

Las AFP, ha declarado antes, distorsionan lo que hace su comisión. “Desesperadamente toman parte de lo que estamos avanzando para construir su monstruo comunicacional e intentar asustar a la población, acción típica de quienes se oponen a las reformas, sobre todo si estas chocan con sus intereses” (Gestión, 25.10.20).

Para Omonte, si uno se opone a las reformas, representa los intereses de las AFP, es parte de un monstruo comunicacional e intenta asustar a la población. O sea, aceptas las reformas o eres un secuaz de las AFP.

César Acuña, ¿es un secuaz de las AFP? ¿O simplemente se guía según la temperatura del momento electoral?

Este conflicto intestino en APP es resultado de la informalidad de un “partido”. No hay un programa, no hay ideas compartidas, solo candidaturas y alianzas momentáneas para llegar al poder.

El espectáculo de Acuña y Omonte es vergonzoso. Debería servir al elector peruano para hacer algunos descartes en sus preferencias.

¿A dónde te llevaría un partido en el que el presidente no respalda a la vicepresidenta o la vicepresidenta no respalda al presidente en un tema de política pública?

César Acuña ha querido deslindar en favor de su candidatura. Lo que ha logrado, sin embargo, es mostrarnos el fustán. Y lo que se ve es feo: un populismo veleidoso, irresponsable y comodón.