Héctor Villalobos

Se han cumplido dos años del más patético y estrafalario de la historia. Dos años de aquel 7 de diciembre del 2022, cuando un tembloroso apareció en televisión para anunciar con voz balbuceante su intención de capturar a las principales instituciones del Estado. Ese día vivimos un vendaval noticioso. En cuestión de horas pasó de todo: el mensaje golpista, el frustrado intento de fuga, la vacancia, el internamiento en prisión y la juramentación de su sucesora.

Veinticuatro meses después, Castillo ya no cuenta historias sobre niños y pollos. La fábula que ahora narran él y sus partidarios es la del presidente secuestrado, la pobre víctima de un sistema que se ensañó con él. En su alucinado relato, él no es el perpetrador, sino la víctima de un golpe de Estado. Para su mala suerte, hay millones de testigos del delito que cometió: todos los peruanos que vieron y escucharon su mensaje. “Él solo leyó un discurso”, repiten hasta el hartazgo sus defensores. En los tuits que, a nombre suyo, escriben sus abogados, se repite constantemente este simplón argumento de defensa.

En los próximos meses deberá iniciarse el juicio oral contra el golpista y sus coacusados. El Poder Judicial aún no ha fijado la fecha. Luego de la recomposición de las salas supremas, en enero del 2025, sabremos finalmente quiénes serán los magistrados que estarán a cargo del proceso.

Tanto Castillo como sus exministros y coimputados Betssy Chávez, Aníbal Torres y Roberto Sánchez están afiliados a partidos y mantienen sus aspiraciones de seguir participando en la vida política. Resulta curioso que personajes que atentaron contra la democracia sigan valiéndose de ella para tratar de mantener vigencia.

El juicio contra Castillo y sus compinches será trascendental, no solo por las consecuencias penales para los involucrados, sino porque sentará un precedente y una advertencia para todos aquellos que intenten romper el orden constitucional.



*El Comercio abre sus páginas al intercambio de ideas y reflexiones. En este marco plural, el Diario no necesariamente coincide con las opiniones de los articulistas que las firman, aunque siempre las respeta.

Héctor Villalobos es editor de Política

Contenido Sugerido

Contenido GEC