Mariela Noles Cotito

Históricamente, el Servicio Diplomático de la República ha sido percibido como una actividad realizada por personas que socialmente identificamos como poseedoras de capital cultural y social. De ahí, la noción del respeto y la mística que tiene la figura del diplomático o diplomática en nuestro imaginario. Les percibimos como personas de mucha cultura, alturadas, sofisticadas, “de mundo”. Históricamente también, estas no son características que generalmente asignamos a las personas racializadas.

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