Giulio Valz-Gen

Aunque formalmente faltan poco menos de tres años para las próximas(abril del 2026), el asunto anda presente en nuestra coyuntura. Tanto, que hace seis meses se debatió en el Congreso la posibilidad de aprobar un adelanto de elecciones y que, hace un par de semanas, se publicó una encuesta (Perú21-Ipsos) en la que se midió el potencial electoral de Keiko Fujimori y el voto para las próximas elecciones en el Congreso. Por no hablar de las movilizaciones convocadas para las próximas semanas, que incluyen el tema en su agenda.

De lo que se habla poco es de las reglas que se aplican hoy a las elecciones. No me refiero a las tan manoseadas reformas que podrían (destaco el condicional) hacerse, sino a las reglas que ya tenemos y que, salvo que el Congreso las cambie (como también suele ocurrir), son las que deberían usarse en los próximos comicios.

En el 2019, el Parlamento introdujo reformas a la legislación electoral. Entre otros aspectos, cambió los requisitos para la inscripción de nuevos partidos e introdujo las. Hasta ese año, para inscribir un partido se requerían cerca de 700 mil adherentes.

Ahora se necesita que un número equivalente al 0,1% del último padrón electoral sea “afiliado” al partido. Considerando el padrón de las últimas elecciones regionales y distritales, hablamos de 24.760 afiliados para poder inscribir un nuevo grupo político. Esta vez no se habla solo de adherentes (firmas), sino de afiliados, lo que supone que son ciudadanos que se incorporan al partido (pero, en la práctica, en la mayoría de los casos, me atrevo a decir que se trata solo de firmas). Bajo esta nueva modalidad, se han registrado 13 de los 23 partidos que a la fecha tienen inscripción.

La regla en cuestión, guste o no (que es otra cosa), fue aprobada con una medida adicional como son las elecciones primarias. En teoría, tanto en las elecciones del 2021 como en las regionales y municipales del 2022 debimos haber tenido primarias. Sin embargo, en ambos casos el Congreso aprobó normas suspendiendo la realización de estas debido a la pandemia por el COVID-19.

¿Qué son las primarias? Son elecciones obligatorias (todos tenemos que ir a votar) que deben realizarse antes de que los partidos presenten sus candidaturas, precisamente para que los ciudadanos decidan: i) a qué partido respaldan y ii) dentro de ese partido, a qué candidato o lista apoyan.

Si los partidos no obtienen al menos el 1,5% de los votos válidos emitidos en la elección primaria, entonces no pueden participar en la elección general. Esta es una especie de filtro que, en algo, puede explicar la dramática reducción en el número de afiliaciones requeridas para inscribir un partido. Si aplicáramos esa regla con la votación de la primera vuelta de las elecciones del 2021, se requerirían aproximadamente 215 mil votos para seguir en contienda y cinco de 18 partidos no hubiesen podido continuar en carrera.

No existe precedente de elección primaria obligatoria en el Perú. No sabemos qué tan apático o activo estaría el electorado ni el efecto que puede tener sobre los comicios generales. No obstante, es previsible que se adelantaría el clima electoral. No solo por los comicios en sí, sino porque las reglas también disponen que los candidatos tienen que estar inscritos en el partido un año antes de las elecciones generales. Queda menos margen para la ambigüedad y la sorpresa.

Cambiar las reglas de entrada y salida de la liga electoral no es un tema menor. Hoy tenemos 23 partidos inscritos, pero a este paso, con los requisitos vigentes, para las próximas elecciones podemos llegar a 30 o más. Si el Congreso vuelve a suspender las primarias, el único efecto práctico de la reforma del 2019 será que quedaron relajadas las reglas de ingreso y eso solo favorece a la dispersión electoral.

*El Comercio abre sus páginas al intercambio de ideas y reflexiones. En este marco plural, el Diario no necesariamente coincide con las opiniones de los articulistas que las firman, aunque siempre las respeta.

Giulio Valz-Gen es socio de 50+1