La afirmación del presidente mexicano Andrés Manuel López Obrador de que su país “es más seguro que Estados Unidos”, hecha poco después del secuestro de cuatro estadounidenses en la ciudad fronteriza de Matamoros, es un típico ejemplo de cómo está enfrentando la crisis de violencia de la nación: mintiendo.
Es una verdadera lástima, porque López Obrador podría haber dado un argumento mucho más inteligente para apoyar a la vibrante industria turística mexicana. Podría haber dicho, por ejemplo, que México atrajo a 66 millones de visitantes internacionales el año pasado –más que la mayoría de los países del mundo– y que la mayoría de los destinos turísticos del país son perfectamente seguros para visitar.
En cambio, López Obrador afirmó falsamente que México “es mucho más seguro que Estados Unidos”. Y luego, para embarrar más las cosas, agregó que “no hay ningún problema para viajar por México con seguridad”.
En realidad, la tasa de homicidios de México es cuatro veces mayor que la de Estados Unidos, según datos del Banco Mundial. Mientras México tiene 28 homicidios dolosos por cada 100.000 habitantes, Estados Unidos tiene siete homicidios dolosos por cada 100.000 habitantes.
Asimismo, un ránking reciente de las 50 ciudades más violentas del mundo mostró que nueve de las diez primeras en la lista están en México. La única ciudad de las 10 primeras que no está en México es Nueva Orleans, que ocupa el puesto número 8.
No es la primera vez que López Obrador miente sobre las crecientes tasas de criminalidad en México. A menudo niega que la delincuencia haya empeorado durante su gestión.
Sin embargo, según estadísticas oficiales de México, 139.077 ciudadanos de ese país han sido asesinados desde que López Obrador asumió el cargo en el 2018. Steven Dudley, codirector de Insightcrime.org, un grupo de expertos que se especializa en el crimen organizado en las Américas, me dijo que el Gobierno Mexicano tiene dos agencias diferentes que publican estadísticas de homicidios, lo que hace que los datos sean confusos, “pero es innegable que los números han estado subiendo”. Dudley me señaló que “podemos decir con un alto grado de certeza que los homicidios en México bajo López Obrador son más altos que bajo sus dos más recientes predecesores inmediatos, y por mucho”.
Y la afirmación de López Obrador de que “no hay ningún problema para viajar por México con seguridad” es igualmente absurda. El Departamento de Estado de Estados Unidos tiene una alerta de “no viajar” para seis de los 32 estados mexicanos, y recomienda “reconsiderar los viajes” a otros siete.
Muchos mexicanos no se sienten seguros en sus propios vecindarios. Cuando una nueva encuesta de Gallup preguntó a los mexicanos si se sienten seguros caminando solos de noche en el área donde viven, el 52% respondió que no.
Para ser justos, también ha habido muchas generalizaciones exageradas sobre la criminalidad en México en los medios estadounidenses. A raíz de los secuestros de Matamoros, muchos medios dieron la impresión de que los millones de estadounidenses que viajan a México cada año corren peligro. Aprovechando el frenesí mediático, el senador republicano Lindsey Graham y varios congresistas republicanos dijeron que presentarán un proyecto de ley que permitiría acciones militares de Estados Unidos contra los cárteles de la droga en México.
Pero la realidad es que la mayoría de los lugares turísticos mexicanos, como Cozumel, Isla Mujeres, Playa del Carmen, Chichén Itzá, Mérida y Cancún, son más seguros que varias ciudades de Estados Unidos. Cancún, por ejemplo, tiene una tasa de homicidios más baja que Nueva Orleans, Baltimore, Detroit, Memphis y Cleveland, según el ránking del Consejo Ciudadano.
Cuando mis amigos me preguntan si es seguro viajar a México, les recomiendo que visiten la Ciudad de México, una de las ciudades más vibrantes de América Latina, tomando las mismas precauciones que tomarían en cualquier gran ciudad.
En resumen, una mirada desapasionada a las tasas de homicidios en México muestra que muchas ciudades y estados mexicanos son seguros. Pero también es cierto que la tasa de homicidios de México está subiendo, que supera a la de Estados Unidos, y que las afirmaciones de López Obrador en el sentido contrario son ridículas.
–Glosado y editado–
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