El debate del martes en Estados Unidos entre la candidata demócrata Kamala Harris y su rival republicano Donald Trump pasará a la historia como aquel en el que el expresidente hizo el ridículo al repetir la falsa afirmación racista de que los inmigrantes haitianos se están comiendo los perros y gatos de los estadounidenses en Ohio.
Pero la larga lista de mentiras de Trump sobre los inmigrantes tapó el hecho de que ni él ni Harris ni los moderadores de la cadena ABC mencionaron siquiera varios temas de política exterior que afectan a millones de estadounidenses.
Me refiero a las dictaduras cada vez más violentas de Venezuela, Nicaragua y Cuba, cuya brutal represión y desastrosas políticas económicas son la razón por la que tantos inmigrantes indocumentados de estos países están llegando a Estados Unidos.
Y me refiero también a México, el principal socio comercial de Estados Unidos en el mundo, donde la reforma judicial del presidente Andrés Manuel López Obrador probablemente convertirá al país en la mayor autocracia elegida de América Latina.
El debate duró una hora y 45 minutos y abordó varios temas de política exterior, incluyendo las guerras en Ucrania y Gaza, y Afganistán. Y se mencionaron a varios dictadores, incluido al autócrata húngaro Víktor Orbán.
Casi ocho millones de venezolanos ya han huido de su país desde que Maduro asumió el cargo en el 2013, y se espera que millones más se vayan tras el fraude electoral de Maduro del 28 de julio, que desató una nueva ola de represión.
—Trump y Venezuela—
Trump mencionó a Venezuela de pasada, pero sin abordar el ataque de Maduro a la democracia y sus abusos a los derechos humanos. Trump afirmó que Venezuela está vaciando sistemáticamente sus cárceles para inundar Estados Unidos de criminales que se hacen pasar por migrantes, y que gracias a eso Venezuela se ha convertido en un país más seguro. Ambas afirmaciones son ridículamente falsas.
Igualmente sorprendente es que ninguno de los candidatos mencionara la reforma judicial de México, que fue aprobada por el Senado de mayoría oficialista el mismo martes. Esta reforma permitirá al presidente populista de México controlar los poderes Ejecutivo, Legislativo y Judicial. El embajador de Estados Unidos en México, Ken Salazar, la ha descrito como un riesgo para la democracia mexicana y una amenaza para los lazos comerciales entre Estados Unidos y México.
En el debate, Trump no tuvo respuestas para muchas de las preguntas que le hacían, y repitió constantemente afirmaciones ridículas sobre los inmigrantes, cualquiera fuera el tema del que estaban hablando.
“Mira lo que está pasando en las ciudades de todo Estados Unidos. Mira a Springfield, Ohio”, dijo Trump. “En Springfield se están comiendo a los perros. La gente que vino de afuera. Se están comiendo a los gatos. Se están comiendo a las mascotas de la gente que vive allí”.
—Insultos a haitianos—
El departamento de policía de Springfield dijo que no ha recibido ninguna información de mascotas robadas y usadas como comida. Y la ciudad de Springfield dijo que no hay informes creíbles de mascotas heridas o muertas. Trump se hizo eco de una noticia falsa que había sido publicada en un grupo de Facebook de Springfield en la que una persona escribió que la amiga de la hija de un vecino había perdido a su gato, y que podría haber sido comido por inmigrantes haitianos.
La mayoría de las otras afirmaciones de Trump sobre la inmigración son igualmente absurdas. Si bien es cierto que la inmigración no autorizada alcanzó niveles récord en el 2023, se desplomó este año después de que el presidente Joe Biden impusiera nuevas restricciones a los solicitantes de asilo. Y las estadísticas del FBI dicen que los delitos violentos están en sus niveles más bajos en unos 50 años.
En resumen, Trump perdió el debate en casi todos los frentes, pero en materia de política exterior fallaron los dos candidatos al no incluir en la discusión a Latinoamérica, la región que quizás más afecte la vida diaria de los estadounidenses en materia de inmigración, comercio, drogas, medio ambiente y oportunidades económicas.
–Glosado y editado–
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