Giulio Valz-Gen

Mientras el anda enfrascado en su narrativa (que es solo narrativa) y busca noticias de las que colgarse, la Contraloría General de la República (CGR) informó la semana pasada que el Estado (en sus distintos niveles de gobierno) solo ha ejecutado el 5,6% del presupuesto para obras de prevención del , que asciende a S/3.566 millones. El grueso del monto a ejecutarse le corresponde al Poder Ejecutivo.

El contralor Nelson Shack comentó que hay sumas ya comprometidas por S/825 millones, pero que estas aún no han sido ejecutadas. Dijo que las obras deberían estar listas antes de que llegue el fenómeno, porque después va a ser “un problemón administrativo y legal”. Luego fue muy crítico con las autoridades en general y dijo que no hay preparación para nada y que todo es “improvisación”.

Al parecer, al primer ministro Alberto Otárola no le gustaron las cifras del contralor. Al día siguiente de sus declaraciones, aprovechando su intervención ante la Comisión de Constitución del Congreso para sustentar el pedido de delegación de facultades legislativas, dijo que muchas medidas se han aprobado recientemente y que es “la primera vez en la historia que un gobierno le ha dedicado tanto dinero, esfuerzos materiales y adquisiciones a la prevención de un fenómeno natural”.

Luego, indicó que no es correcto ver el devengado (es decir, el 5,6% de ejecución que reportó la Contraloría General de la República) porque muchas obras van a ser pagadas luego de realizadas. Para Otárola, una mejor medición son los montos comprometidos y certificados que, en el caso del gobierno nacional, están en 22% y 68%, siendo la meta ejecutar el 100% del presupuesto antes de que acabe diciembre.

Tenga o no razón el primer ministro, el 5,6% de ejecución es muy poco y debe alertarnos a todos. Estamos 4 de setiembre y las obras se necesitan para ayer. Esas referencias a la historia parecen exageradas y triunfalistas. ¿De qué sirven los millones en presupuesto si es que las obras no se ejecutan?

Las cosas no pasan solas, transferir por transferir no sirve de nada si es que no hay gestión. Y atentos a la corrupción y clientelismo político de cada día, que casos como el de Los Operadores de la Reconstrucción nos recuerdan que tenemos autoridades que no solo son ladronas (presuntamente, para que nadie se ofenda), sino también indolentes con la tragedia. Si son S/3.500 millones de presupuesto en obras, ¿cuánta plata se robarán los alcaldes y otras autoridades? No es bueno generalizar, pero cada semana conocemos a un nuevo alcalde inmerso en un caso de corrupción y cada vez es más difícil encontrar autoridades honestas.

Por otro lado, la semana pasada, la Comisión Multisectorial del Estudio Nacional del Fenómeno de El Niño (Enfen) señaló que se espera que El Niño costero continúe hasta el verano del 2024 y los más probable es que sus magnitudes sean entre moderada (58%) y fuerte (25%). Por su parte, el Centro Nacional de Estimación, Prevención y Reducción de Riesgos de Desastres (Cenepred) informó que, debido a las futuras lluvias, 1′485.301 personas estarían en riesgo muy alto ante la ocurrencia de deslizamientos o huaicos.

Frente a esta realidad, deberíamos ver a las autoridades mucho más activas con relación a El Niño. Que se reúna el contralor con el primer ministro (Otárola, en un tono un tanto soberbio, lo invitó públicamente a la PCM para explicarle lo que están haciendo). La PCM debería difundir el detalle de todas las obras que se están realizando y su estatus. Así, al menos la prensa podría informar sobre los avances reales y no solo conocer cifras. El Congreso puede llamar a los ministros e indagar por la situación de las obras. Si hay una ola a la que subirse, es esta.

Las cosas no pintan nada bien, pero el gobierno de las narrativas sigue pensando más en Bukele que en los huaicos que se avecinan. No habrá excusas que valgan ni narrativas que resistan las lluvias. Si el Gobierno se ha presentado como el que más esfuerzos le ha dedicado “en la historia” a la prevención, entonces tendrá que ser también el que mejor resultados tenga ante el fenómeno. Es lo que todos queremos.





*El Comercio abre sus páginas al intercambio de ideas y reflexiones. En este marco plural, el Diario no necesariamente coincide con las opiniones de los articulistas que las firman, aunque siempre las respeta.





Giulio Valz-Gen es analista político

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