"Kuczynski no necesita un primer ministro que continúe lamentando los excesos del fujimorismo, sino alguien capaz de tender puentes y promover avances significativos en servicio al Estado" (Foto: Archivo El Comercio)
"Kuczynski no necesita un primer ministro que continúe lamentando los excesos del fujimorismo, sino alguien capaz de tender puentes y promover avances significativos en servicio al Estado" (Foto: Archivo El Comercio)
Pedro Tenorio

El presidente fue el primero en ponerle una etiqueta a su gabinete: lo llamó “un equipo de lujo”. Luego, muchos nos compramos la idea de que se trataba de un conjunto muy bien afinado de tecnócratas con pedigrí, campeones a la hora de destrabar inversiones. Como en el caso de la “leche” Pura Vida, la publicidad nos vendió una cosa, pero la realidad reveló otra. Sin embargo, la solución no está en manos de la oposición en el Congreso, sino en las decisiones que tome en las próximas semanas el propio mandatario.

Porque es a él, y no a otros, a quien toca evaluar el desempeño de Fernando Zavala como presidente del Consejo de Ministros. Entiéndase bien: no se trata de promover su salida, sino de generar una reflexión en Kuczynski que lo lleve a definir si Zavala es o no es la persona apropiada para liderar al equipo de gobierno en su segundo año de mandato. PPK debe tomar una decisión, no simplemente dejar las cosas como están, dado que han transcurrido diez meses –¡más de 300 días!– desde que asumió el poder y no ha ocurrido nada significativo. Si decide continuar con Zavala debería implementar una serie de mejoras para encarar el desafío. De no ser así, meditar profundamente respecto a qué tipo de líder y de gabinete necesita.

No es una decisión sencilla, pero tiene varias semanas para pensarlo. De aquí a 28 de julio, fecha clave para determinar si será capaz o no de levantar vuelo como jefe de Estado. Téngase en cuenta que si el Ejecutivo no logra implementar en su segundo año alguna de sus reformas anunciadas, después no podrá hacerlo. ¿“Mejoras” en la legislación laboral para promover el empleo juvenil? Ni hablar. ¿“Revolución” en la eficiencia del manejo de servicios públicos y programas sociales? Pamplinas. ¿Destrabe de importantes proyectos de infraestructura como la línea 2 del metro o la segunda pista del Jorge Chávez? Sí, sí, claro. Sin decisión política, acuerdos con otras fuerzas del Congreso y planes para comunicar efectivamente lo que se quiere hacer, esta administración seguirá inmovilizada, lo que equivale al fracaso. ¿Es lo que quiere PPK para los años que restan de su presidencia? Súmese a ello el continuo desgaste de Alfredo Thorne al frente del Ministerio de Economía y Finanzas.

Kuczynski no necesita un primer ministro que continúe lamentando los excesos del fujimorismo, sino alguien capaz de tender puentes, llegar a entendimientos políticos y promover avances significativos en los servicio que el Estado brinda a sus ciudadanos. O Zavala se transforma en un negociador hábil o PPK identifica la pieza que requiere para que su administración despegue. La decisión es del presidente, pero que decida. Y pronto.