Comunicar. Tremenda palabra que muchas veces nuestros gobernantes toman a la ligera, como si transmitir un mensaje con claridad no fuera un asunto esencial, no hiciera la diferencia entre tomar buenas o pésimas decisiones. Cuántas veces hemos escuchado a ministros o presidentes argumentar que están haciendo bien las cosas, peeeero que no han sabido comunicarlas. Y lo dicen tan campantes, sin percatarse de que, en esas frases, hay un desprecio implícito por el ciudadano, al que no es necesario rendirle cuentas.
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