Si quiere no me crea ni una palabra; mejor mire los videos que se han difundido y saque sus propias conclusiones. Hay una transnacional del aborto que se llama Planned Parenthood (PP), que también actúa en el Perú, y se acaba de confirmar lo que desde hace tiempo se sospechaba: no solamente alienta el aborto, también vende, por partes, los órganos de los fetos que extraen.
Reitero lo dicho en la primera línea: no me crea. Más bien, escuche lo que importantes directivas de PP han afirmado ante supuestos compradores de tejido humano. Hasta el momento en que escribo este artículo, son cuatro los videos difundidos, todos son escalofriantes; hay que verlos y escuchar con atención lo que allí se dice y cómo se dice.
En uno de ellos, difundido el 21 de julio, la presidenta del Consejo de Directores Médicos de PP Federation of America, doctora Mary Gatter, negocia el precio de los órganos de bebes abortados diciendo que lo que ella quiere es comprarse un Lamborghini. Uno de esos automóviles cuesta más de 200.000 dólares. A un promedio de 100 dólares por hígado, tal como calculó el precio de venta, digamos que necesitaría unos 2.000 higaditos para lucirse al volante del lujoso vehículo.
En otro video, publicado el 30 de julio, la vicepresidenta y directora médica de PP en Rocky Mountains, doctora Savita Ginde, les dice a los supuestos compradores que para ella “un pago por ítem funciona un poco mejor simplemente porque podemos ver cuánto podemos sacar de eso”. Es decir, un pago por órgano significa mayor ganancia. La reunión de Ginde con sus potenciales clientes termina de forma macabra: un tour por el laboratorio donde les muestra los órganos listos para la venta. Termina entre risas señalando uno y diciendo: “Ese era otro niño”.
¿Insiste en que en un aborto solo se extrae un conjunto de células? Enfréntese a la verdad y vea los videos publicados en la página web de The Center for Medical Progress, un equipo de periodistas ciudadanos que monitorea y reporta acerca de la ética en los avances médicos, quienes han destapado la cara más espantosa de la multimillonaria industria del aborto.
La indignación de que esto ocurra en el país que se autoproclama el primer defensor de los derechos humanos crece por el silencio que la gran mayoría de medios de comunicación ha guardado sobre el tema.
Mientras la prensa mundial reclama airada (con justicia, valga precisar) porque a un ricachón se le antojó cazar a un legendario león llamado Cecil para colgar su hermosa cabeza como un trofeo más en su pabellón de caza, esos mismos periodistas apenas han susurrado el escándalo de la transnacional abortista.
Si no fuera por las redes sociales, hubiera pasado desapercibida la investigación de The Center for Medical Progress. No podemos olvidar que esa industria tiene un poderoso lobby en el Perú e intenta abrir, de a pocos, el mercado peruano a su lucrativo negocio.
Mientras la transnacional se defiende diciendo que solo cobra para recuperar los gastos de la extracción, mantenimiento y traslado de órganos de fetos abortados para la investigación médica, el Congreso de Estados Unidos ha comenzado una investigación para analizar si infringe la ley y para ver si le pone fin a la entrega de fondos gubernamentales por más de 500 millones de dólares a esa organización. Además, varias empresas han retirado su apoyo a la abortista. Pero insisto: no me crea, mire, escuche y saque sus propias conclusiones.