"Historia de dos regiones", por Roberto Abusada Salah
"Historia de dos regiones", por Roberto Abusada Salah
Roberto Abusada Salah

ROBERTO ABUSADA SALAH

Economista

Dos grandes regiones del Perú parecen haber tomado caminos opuestos. Mientras Arequipa se perfila como una de las más prósperas del país, Cajamarca languidece en medio de la recesión y el desempleo. Durante el 2013, mientras la economía peruana reducía su crecimiento al 5% frente al promedio anual de 6,5% que pudo sostener por diez años, Arequipa se estima que ha crecido 11% mientras que Cajamarca se desplomó un -7%.

Estos datos se derivan del indicador compuesto de actividad económica (ICAE), que elabora el Instituto Peruano de Economía (IPE) y el cual aproxima con gran precisión los datos de producción regional que publica el INEI con casi un año de retraso (un ejemplo detallado de la metodología del cálculo del ICAE aplicado a Arequipa se puede encontrar en https://goo.gl/s9RAhD).

¿Cómo explicar que estas dos regiones hayan tenido un desarrollo diametralmente opuesto? En realidad, se trata de dos regiones con población parecida, dotadas de recursos agrícolas, pecuarios y mineros. En el caso de sus respectivas operaciones mineras más importantes, Yanacocha y Cerro Verde, ambas poseen la importante participación de la misma empresa peruana, Buenaventura. Las dos regiones han vivido episodios de rechazo ideológico a la inversión privada.

Contrariamente a su actual recesión, comprobamos que Cajamarca ha tenido períodos de crecimiento importantes. Específicamente, y coincidente con el ‘boom’ minero, el ingreso por habitante de 1993 al 2005 creció a una impresionante tasa anual de 6,5% frente al promedio nacional de solo 2,9%. 

Pero a partir del 2005 Cajamarca empieza a decaer y en los siete años siguientes en que la producción minera disminuye en 38%, el ingreso por habitante cajamarquino subió solo 1,4%, mientras que el promedio nacional era superior al 5% por año.

Después de los violentos conflictos en Arequipa en el 2002 luego del intento del gobierno de Toledo, quien incumpliendo sus promesas electorales quiso privatizar las empresas eléctricas Egasa y Egesur, Arequipa empezó a sufrir una fuerte retracción en sus inversiones y su crecimiento. Pero, a diferencia de lo sucedido en Cajamarca, las autoridades de Arequipa iniciaron un período de acercamiento y diálogo con el sector privado y se restableció un clima de tranquilidad y confianza que permitió la recuperación. Un ejemplo de ello ha sido el diálogo fluido con la minera Cerro Verde, que permitió, entre otros acuerdos, completar importantes obras de agua y saneamiento en beneficio de toda la población arequipeña. Vale la pena anotar que la actitud de la población migrante de Arequipa, tradicionalmente industriosa y fuertemente afectada por la disminución de la actividad económica general, debió haber tenido influencia sobre la conducta de las autoridades. 

Las autoridades en Cajamarca fueron por el camino contrario. Mientras las reservas de las operaciones mineras decaían, se dedicaron a obstaculizar la exploración y eventual explotación de operaciones en cerro Quilish en el 2004 y Cobayo en el 2006. El movimiento antiminero ha sabido aprovechar la desinformación entre los habitantes de las zonas rurales, los errores de la empresa, y principalmente aquellos del Gobierno Central, para finalmente obstaculizar el desarrollo del megaproyecto de Conga. La estrategia del gobierno regional consiste ahora en adelantar su agenda política expandiéndose hacia Lambayeque, Piura y Amazonas para cimentar la oposición a toda actividad extractiva e incluso hidroeléctrica. No menos grave es la obvia hostilidad hacia la actividad formal importante por parte de los productores de coca y amapola que se extienden en vastas zonas de la región.

El drástico y dramático contraste que aquí se muestra quizá sirva para persuadir al conjunto de autoridades de Cajamarca y también a las del Gobierno Central del inútil sufrimiento que un impune aprovechamiento político está causando a todo el Perú y particularmente a los ciudadanos de toda esa vasta región.