Federico Salazar

En S/13 mil millones se estiman las pérdidas por las y los , según Paola del Carpio, de la Red de Estudios para el Desarrollo. Hemos visto el desborde de los ríos arrasando vidas, casas, terrenos de cultivo, ganado, instalaciones, carreteras, caseríos y, en algunos casos, pueblos enteros.

Estamos ante una guerra de la naturaleza contra el Perú. Debemos responder. Solo podremos lograrlo con exactamente lo contrario: producción. En unos meses afrontaremos, con toda probabilidad un fenómeno de El . Hay que aprovechar para reconstruir y prevenir.

El actual puede responder a las más urgentes necesidades. Muchas no serán atendidas, pero sí se puede rehabilitar una parte de lo destruido.

Hoy se puede paliar la crisis y ayudar a las personas y familias damnificadas. Hay dinero. El de Estabilización Fiscal existe para estas emergencias. La pandemia y los malos gobiernos acabaron con esos fondos.

En el 2016, el fondo era de S/29.466 millones. En el 2021 quedaron apenas S/190 millones. El principal liquidador de los fondos fue Vizcarra. Así como hemos sido víctimas de la naturaleza, en el 2022 fuimos bendecidos por ella. El fondo se recuperó, principalmente por los precios del cobre. Se ahorró S/18.798 millones, casi lo mismo que en el 2019 (S/18.283 millones).

La naturaleza nos bendijo con el cobre. La economía mundial, el comercio y el crecimiento económico de otros países, como China, también nos favorecieron. Nos desfavorecieron los que impidieron la producción minera y agroexportadora, los que dañaron el comercio, el transporte, el turismo y otras muchas actividades económicas.

Las huelgas violentas, las manifestaciones violentas, los paros violentos, están del lado de la destrucción. Son compañeros del ciclón, de los huaicos y las lluvias y las tormentas.

Eso hace la ola destructora. Impedir el paso en las carreteras, dificultar el trabajo. Tiran piedras a los transportistas, incendian aeropuertos y bancos, locales de entidades públicas o instalaciones industriales. Lo hemos visto.

La economía peruana cayó en 1,12 % del producto bruto interno en enero de este año, según el INEI. El gobierno de Pedro Castillo y el levantamiento organizado de grupos violentistas hicieron una dupla destructora.

Para reconstruir y atender a los que quedaron sin casa, sin dinero, sin enseres, sin ropa, el Gobierno necesita fondos. Se consiguen trabajando, produciendo.

El Perú se recuperó de manera espectacular de la pandemia y de Vizcarra. También puede recuperarse ahora. Para ello, el Gobierno debe no “gastar”, sino gastar bien. Además, tiene que restablecer el orden y la paz en las zonas tomadas por los violentos.

En el 2022, por primera vez en 18 años, el Perú creció debajo del promedio de América Latina. Es el año de Castillo.

No obstante, somos el país de América Latina que más reservas tiene con respecto a su PBI. En el Perú representan el 30% del PBI. Brasil las tiene por 16,7% (datos del FMI, elaborados por IEDE, de la Cámara de Comercio de Lima, marzo del 2023).

El Gobierno actual tiene la oportunidad, por lo menos hasta fin de año, de recuperar el camino. Su tarea debe ser que la gente pueda trabajar y producir en paz y con seguridad.

Tenemos que combatir y enfrentar todo lo que destruye, todo lo que violenta y todo lo que atrasa. Venga de donde venga.

*El Comercio abre sus páginas al intercambio de ideas y reflexiones. En este marco plural, el Diario no necesariamente coincide con las opiniones de los articulistas que las firman, aunque siempre las respeta.

Federico Salazar es periodista