Hay muchas noticias falsas sobre el brutal ataque terrorista de Hamas, en el que los atacantes mataron a unas 1.250 personas y tomaron alrededor de 150 rehenes, entre ellos abuelas y bebes.
Pero también hay muchas palabras falsas en las noticias verdaderas que están transmitiendo sobre esta masacre compañías noticiosas muy respetables.
Es insólito que muchos de los medios de comunicación más serios del mundo sigan llamando a los terroristas de Hamas como “militantes”, “combatientes” e incluso “activistas”. No hay diccionario en el mundo que no defina lo que hizo Hamas como terrorismo.
Unos 1.500 terroristas de Hamas entraron furtivamente a Israel el 7 de octubre y atacaron intencionalmente objetivos civiles, incluido un concierto de música electrónica al que asistieron miles de jóvenes. Los terroristas mataron al menos a 260 asistentes y dejaron cientos de heridos.
El objetivo de los terroristas no era una base militar, sino la población civil. De las 1.250 personas que se estima que mataron, alrededor del 80% eran civiles desarmados.
Y, sin embargo, mientras escribo estas líneas, casi una semana después de uno de los ataques terroristas más brutales de la historia moderna, los principales periódicos y cadenas de televisión –incluidos medios de centroderecha como “The Wall Street Journal”– siguen publicando titulares que se refieren a los atacantes de Hamas como “militantes”.
Reuters, una de las agencias de noticias más serias del mundo, todavía se refiere a la masacre como “un ataque del grupo militante Hamas”.
Noah Abrahams, reportero del servicio de noticias británico BBC, dijo que renunció a su trabajo debido a la decisión de la empresa de no describir a los asesinos de Hamas como “terroristas” tras el ataque a Israel, informó el diario “The Independent”.
Es cierto que los terroristas pertenecían al ala militar de Hamas y que la organización tiene un ala política, pero eso no justifica llamar a los asesinos del 7 de octubre “militantes”, disfrazando su verdadera naturaleza.
Igual de engañosa es la falsa equivalencia entre el ataque terrorista de Hamas y la contraofensiva israelí contra Gaza, que dejó al menos 1.900 muertos, incluidos bebes, según las autoridades de Gaza.
Los terroristas de Hamas tenían como principal objetivo matar a civiles israelíes, mientras que el ejército israelí está atacando a los integrantes de Hamas que utilizan a civiles palestinos en Gaza y a sus rehenes israelíes como escudos humanos.
El viernes, Israel pidió a 1,1 millones de civiles de Gaza que abandonaran la ciudad antes de una esperada incursión terrestre israelí, algo que Hamas nunca hizo antes de atacar a Israel.
La comunidad internacional hace bien en exigir que Israel reduzca las bajas civiles, pero debería exigir con igual o mayor vehemencia que Hamas deje de utilizar a civiles como escudos humanos, cese de esconder sus armas debajo de escuelas y hospitales, y libere a los rehenes.
Israel tiene derecho a defenderse y contraatacar para asegurarse de que Hamas no vuelva a atacar a Israel en el futuro.
Una vez que Israel elimine a la dictadura de Hamas, el primer ministro de Israel, Benjamín Netanyahu, deberá rendir cuentas no solo por no haber protegido a su país del ataque, sino también por haber torpedeado una solución de dos estados que permitiría la creación de un estado palestino.
Con el tiempo, después de que el ejército israelí destruya a Hamas, tanto Israel como los palestinos tendrán que expulsar a los fanáticos religiosos de sus respectivos gobiernos, y volver a las negociaciones para una solución de dos estados para dos pueblos.
Esto no es imposible. Un 86% de los israelíes culpa al gobierno de extrema derecha de Netanyahu por el fracaso de la seguridad de Israel en el ataque a Gaza, según “The Jerusalem Post”. Y los israelíes están más dispuestos que nunca a respaldar un acuerdo negociado por Estados Unidos con los palestinos, ahora que el presidente Joe Biden ha surgido como el mandatario más proisraelí de la historia de Estados Unidos.
Mientras tanto, Israel debe prevalecer o esto sentará un precedente para envalentonar a grupos terroristas en todas partes del mundo. Y la prensa responsable debe llamar las cosas por su nombre y referirse a los asesinos de Hamas como lo que realmente son: terroristas.
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