Diana Seminario

Hace poco más de dos meses fueron suficientes unas conversaciones telefónicas del entonces asesor de Patricia Benavides, Jaime Villanueva, para que la entonces fuera suspendida del cargo. Bastaron unos pantallazos de WhatsApp para que la decidiera que esas eran pruebas suficientes para determinar que la doctora Benavides Vargas no podía seguir al frente del Ministerio Público.

La hipótesis fiscal que llevó a prisión preventiva a Villanueva fue que era el brazo político de una organización criminal enquistada en el Ministerio Público encabezada por Benavides. La teoría de la fiscal Marita Barreto –que no era competente para investigar a quien era su jefa– fue que este, por órdenes de Benavides, había influido, por ejemplo, para conseguir los votos en el Parlamento que inhabilitaron a la exfiscal de la Nación Zoraida Ávalos.

Cumplidos los 10 días de detención preliminar, Jaime Villanueva, quien llegó al Ministerio Público como asesor del exfiscal de la Nación Pablo Sánchez, empezó a hablar en el marco de la investigación a Patricia Benavides.

La titular de esta indagación preliminar es la fiscal suprema Delia Espinoza y es ante quien el otrora consejero ha dado su testimonio.

El último miércoles, la periodista Milagros Leiva ha dado a conocer en Willax algunas de las declaraciones de Villanueva, que datan del 30 de enero de este año.

Según él, fue precisamente durante la gestión de Pablo Sánchez cuando se incorporó al fiscal José Domingo Pérez a la unidad de lavado de activos. Villanueva se atribuye el hecho de haberlo entrevistado y recomendado para el puesto y agrega algo que, de ser cierto, sería una grosera injerencia externa en el Ministerio Público.

De acuerdo con la versión de Villanueva difundida por Leiva, el periodista Gustavo Gorriti habría estado involucrado en la dirección del denominado Caso Cocteles, que implica al partido Fuerza Popular en el presunto delito de lavado de activos y que llevó a prisión preventiva a Keiko Fujimori. “Ya expliqué la relación con Gustavo, que era quien dirigía la investigación”, habría declarado Villanueva ante la fiscal Espinoza. Incluso habría dicho que llevó a Pérez hasta el domicilio de Gorriti buscando apoyo.

Otra revelación llamativa es que Pérez habría archivado el Caso Chinchero, que involucraba a Martín Vizcarra, para que este pudiera ser presidente sin ningún problema en el 2018.

Parece que Jaime Villanueva no quiere callarse nada y está hablando de todo. Como sabemos, fueron los chats en su teléfono los que determinaron que la JNJ decidiera suspender a Patricia Benavides. ¿Qué dirá ahora la JNJ de los testimonios del exasesor ante una fiscal suprema?

Si bien los dichos de un colaborador eficaz deben corroborarse, la JNJ no corroboró la legitimidad de los chats para sancionar a Benavides. Las revelaciones de Villanueva colocan ante un serio dilema a la Junta Nacional de Justicia.

¿Qué papel asumirá frente a esto el fiscal Juan Carlos Villena a cargo del Ministerio Público?

Por el bien de la justicia y el Estado de derecho, no se puede tener dos varas para medir los dichos de un mismo personaje. Es decir, que lo que dice Villanueva es válido si perjudica a Benavides e inverosímil cuando se refiere a personajes que han sido intocables por muchos años.

La verdad, aunque incómoda, no puede ni debe ocultarse, ni muchos menos manipularse

Diana Seminario es periodista