Faltan aún dos años para los comicios generales pero en el ambiente político ya hay una sensación de período preelectoral. La explicación está en que en menos de un mes se vence el plazo para que aquellos que deseen postular a cargos de elección popular se afilien a las organizaciones políticas.
También empiezan a asomar las primeras tratativas de alianzas. Algunas de ellas dan una primera impresión de coherencia, pues están formadas por partidos con afinidades ideológicas y programáticas.
Pero eso no ocurre en todos los casos. En esta temporada de pases, a los representantes de ciertas agrupaciones poco les interesa la búsqueda de talentos y más parecen cachineros que reciclan políticos usados y ofrecen sus partidos, cual artículo en remate, para una alianza con el mejor postor.
Hace unos días fue muy criticado el acercamiento entre Antauro Humala y el partido Juntos por el Perú, del exministro castillista Roberto Sánchez. Este último estuvo vinculado a sectores progresistas de izquierda, mientras que el líder etnocacerista promueve discursos de odio y antiderechos.
Sorprende igualmente la recientemente anunciada incorporación de antiguos aliados de Pedro Castillo al partido de José Luna Gálvez, Podemos Perú. Entre los nuevos jales figuran el abogado Raúl Noblecilla, personaje cercano al congresista Guillermo Bermejo; Roger Nájar, quien fuera en su momento voceado como primer ministro de Castillo, y Luis Barranzuela, personaje más recordado por las fiestas en su casa que por su labor como ministro del Interior. Otra polémica incorporación es la del excongresista humalista Amado Romero, más conocido por el apelativo de ‘Comeoro’. Es poco creíble que Luna comparta coincidencias ideológicas con este ‘grupo de notables’.
Indudablemente, seremos testigos de más uniones dispares en los próximos meses. No olvidemos que podríamos tener más de 40 organizaciones a disposición de cualquier aventurero de turno.