Ha surgido en el Kurdistán, territorio situado entre Siria, Turquía, Iraq e Irán, un movimiento anarquista que pretende institucionalizar el socialismo libertario. Opera en el oriente del Kurdistán. Como se sabe, Siria y Turquía están en conflicto por esta región, donde los kurdos son la fuerza de choque contra el brutal Estado Islámico. También, como se sabe, existe un movimiento independentista en contra de las pretensiones turcas y sirias.
En este contexto, surge el Partido por la Vida Libre, agrupación que ha expandido su ideología anarquista. Se define como una “sociedad ecológica, democrática y de igualdad de género”.
Sus ideas, prácticas e instituciones se resumen en el concepto de “autonomía democrática y confederalismo democrático”. En el fondo seguidores de Pierre-Joseph Proudhon, considerado el padre del anarquismo, aunque también se dice fue Jean-Jacques Rousseau, por sus conceptos sobre la propiedad. “La propiedad es un robo”, decía el primero de los citados; para el segundo, la propiedad privada es la causa de la desigualdad.
El anarquismo (palabra de origen griego que significa ‘sin gobierno’), utilizado varias veces por Platón y Aristóteles, es una creación de la racionalidad política occidental que ahora anida en el Kurdistán con posibilidad de expandirse por algunas regiones de Mesopotamia y la antigua Anatolia, hoy Turquía.
La autonomía democrática y el confederalismo democrático renuncian a la creación de un Estado-nación y busca una sociedad en que las personas puedan vivir juntas sin instrumentalismo, patriarcado y racismo, una sociedad ética y política, con una estructura de base democrática institucional, a fin de cuentas una democracia sin Estado. En otras palabras, como sostiene el movimiento Autonomía Democrática, explicando que el Kurdistán no es un sistema estatal, sino un sistema democrático de un pueblo sin Estado y ello porque el Estado es un instrumento al servicio de una clase dominante. Para este partido es la afirmación libre y total del hombre que no necesita al Estado porque obstaculiza esa libertad, eso se llama socialismo libertario.
El líder de este movimiento kurdo es Abdullah Öcalan. Se inspiró en el ecoanarquista estadounidense Murray Bookchin, el primero en definir la ecología social y el municipalismo libertario. Las ideas de este investigador se resumen en: “La dominación del hombre por el hombre precedió a la noción de dominar la naturaleza. De hecho, la dominación del ser humano dio lugar a esta misma idea de dominar la naturaleza”. Sostiene que el Estado es un sistema profesional de coacción social.
Las ideas de esta ecoanarquía, en gran parte, ha influido en los líderes y pueblo kurdo, por eso los anarquistas kurdos pretenden establecer “un sistema de gobierno que se compone de diferentes formas políticas no estatales y la construcción de una democracia igualitaria. Esto no es ni nacionalismo ni populismo, es otra historia.
El siglo XXI y la globalización nos están dando sorpresas y esta es otra más. A veces las ideas que parecen muertas pueden revivir y lo que está sucediendo en el Kurdistán es una muestra.
Los anarquistas creen en la libertad como los liberales, pero se diferencian porque para ellos la construcción de esta libertad debe ser sin Estado. En cambio, los liberales le otorgan un rol subsidiario y limitado.