"Desesperados, los supremacistas ya no contaban con la ciencia para justificar su despotricar racista". (Ilustración: Víctor Aguilar)
"Desesperados, los supremacistas ya no contaban con la ciencia para justificar su despotricar racista". (Ilustración: Víctor Aguilar)
Javier Díaz-Albertini

Entre los supremacistas blancos hay una loca obsesión por demostrar que buena parte de sus ascendientes son caucásicos y, especialmente, con un buen rastro neandertal. Los kits de ADN ancestral se han vuelto populares y es posible descubrir –en líneas gruesas– de dónde provienen nuestros antepasados. Lo que en sus orígenes se pensaba como buen mecanismo para demostrar que no hay razas “puras”, al parecer no siempre ha tomado este curso.

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