Héctor Villalobos

No sorprende que Roberto Sánchez se haya aproximado a con miras a una eventual alianza para el 2026. A menos de dos años de las elecciones, Juntos por el Perú, partido que lidera el exministro castillista, tiene pocas chances de pasar la valla electoral si compite en solitario. La tentación por mantener la inscripción y la cuota de poder pesó más que cualquier tipo de principios o ideologías.

Tampoco sorprende la tibia reacción en su bancada. Quienes antes lavaban banderas hoy se lavan las manos y le tiran la pelota a Sánchez, pero no hay muestras de indignación ni reclamos airados contra quien no tiene reparos en aliarse con un condenado por asesinato de policías.

Para quienes no tienen idea de quién es Sánchez, se trata de uno de los ministros que cumplieron un genuflexo rol en el gobierno de Pedro Castillo y hoy está acusado, al igual que el expresidente, por el golpe de Estado del 7 de diciembre del 2022.

Fue precisamente el gobierno de Castillo el que permitió que hoy Antauro Humala esté en libertad, al otorgarle beneficios penitenciarios por dibujar “con habilidad y destreza” al personaje Hello Kitty. Hoy el etnocacerista está dispuesto a devolver el favor y anuncia que indultará a Castillo de llegar al poder.

El síndrome de indignación entumecida del que padece un sector de la izquierda, que no le hace ascos a la alianza de uno de los suyos con un promotor de asesinatos selectivos y discursos de odio, obedece sin duda a un cálculo político. No es prudente para ellos criticar con tanta anticipación a quien puede terminar por convertirse, a falta de candidatos propios, en su locomotora electoral.

Roberto Sánchez es el primero, pero no será el único líder de izquierda que buscará acercamientos con Humala. Conforme se acerquen los plazos para sellar afiliaciones y alianzas, seremos testigos de una intensa campaña para humanizar al personaje y edulcorar su discurso demencial. Tengamos cuidado con quienes traten de maquillar a un violentista para convertirlo en un peluche de .


*El Comercio abre sus páginas al intercambio de ideas y reflexiones. En este marco plural, el Diario no necesariamente coincide con las opiniones de los articulistas que las firman, aunque siempre las respeta.

Héctor Villalobos es editor de Política

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