Imaginemos estar presenciando una clase introductoria de política económica en una universidad extranjera. El profesor expone delante de estudiantes provenientes de varios países, con casi nulo conocimiento de la economía peruana, el tema del día: “El milagro peruano”.
Discute primero las razones detrás de las tres décadas de total estancamiento económico a partir de la mitad de la década de 1970. Describe el modelo de participación empresarial del Estado en innumerables áreas de la actividad económica; la crisis de la deuda de los ochenta y el posterior cierre del crédito externo; el agotamiento total de reservas internacionales, los controles de precios, los tipos de cambio y las tasas de interés; el régimen de estabilidad laboral absoluta y, finalmente, el advenimiento de la hiperinflación y la destrucción del Estado a causa de la virtual desaparición de la recaudación.
Describe luego el total cambio en la política económica hacia una economía de mercado y el retiro del Estado de la producción de bienes y servicios; la dolorosa eliminación de los controles de precios, la lucha por equilibrar las cuentas fiscales y reganar el crédito internacional, y luego el conjunto de reformas para liberar el comercio, la creación de nuevas instituciones para recaudar impuestos, regular al mercado y defender al consumidor.
El profesor proporciona, luego, algunos datos básicos del Perú de hoy: equilibrio fiscal, inflación de 3%, deuda pública neta insignificante, déficit externo financiado en su totalidad por inversión directa extranjera y capitales de largo plazo, un nivel de inversión de 28% del PBI, reservas internacionales equivalentes al 30% del PBI, sector financiero sólido, un Banco Central de clase mundial, energía abundante con precios bajos y una población joven deseosa de trabajar. Indica que del 2004 al 2013, y, pese a la gran crisis, la economía creció en promedio 6,4% por año, y que lleva ya casi un cuarto de siglo manteniendo esencialmente la misma política económica.
Se pide a los alumnos que escriban un pequeño ensayo sobre crecimiento económico con énfasis en las ventajas e hipotéticas limitantes en la determinación del crecimiento potencial del Perú, y que hagan algunas recomendaciones para sostener su espectacular crecimiento.
Los ensayos sometidos por los estudiantes revelan a una clase optimista respecto del futuro del Perú. Resaltan las condiciones macroeconómicas envidiables (en realidad asombrosas cuando las comparan con las de sus países). El hecho de tener a la mayoría de la población en edad de trabajar se menciona como una de las principales fortalezas, junto con el tema de la energía barata. Al considerar el ámbito internacional, todos mencionan que la economía puede enfrentar indemne las crisis externas gracias a sus sólidos fundamentos y proteger, de ser necesario, su alta tasa de crecimiento aplicando políticas contracíclicas que impulsen la inversión y el consumo público y privado. Algunos alumnos resaltan el hecho de que el estancamiento vivido en esas tres décadas debe haber revelado innumerables oportunidades de proyectos y negocios muy rentables, para proveer todos los bienes y servicios con que hoy cuentan otros países de similar ingreso por habitante y donde el Perú, seguramente, presenta rezago. Para ello, enfatizan asegurar un mercado laboral flexible. Algunos alumnos también sugieren aprovechar la actual solidez económica para reforzar la innovación, la infraestructura, la salud y, sobre todo, la educación y poder así superar la “trampa del ingreso medio” en que han caído tantos países en su intento de convertirse en países desarrollados.
Respecto de las apreciaciones sobre el potencial de crecimiento, parece haber unanimidad: el Perú, coinciden, puede sostener una tasa de entre 5,5% y 7,5%.
En la siguiente clase el profesor les habla de la calidad de las instituciones y el liderazgo político, y da cuenta de un deterioro importante. Describe cómo un proceso de regionalización apresurado y la ausencia de partidos nacionales fuertes han erosionado el carácter unitario de la nación y fragmentado el país en pequeños estados en que campea la corrupción y la ineficiencia. Dice que el Gobierno Central ha abdicado de su facultad rectora, perdiendo soberanía sobre los recursos naturales que son de toda la nación, y que el Gobierno constantemente deprime la confianza empresarial con menciones al “viento en contra”, las “vacas flacas” y un presunto grave problema en China. Les describe la maraña burocrática que ha convertido al país en una “república del permiso”. Finalmente, ante la sorpresa de todos, les anuncia que la economía este año crecerá 2,5%.