La noticia de que el presidente estadounidense Joe Biden probablemente anuncie este martes la búsqueda de su reelección en el 2024 ha reavivado el debate sobre su edad, su gobierno y sus posibilidades de ganar. Pero un análisis desapasionado de la carrera presidencial sugiere que tiene más probabilidades de ganar que lo que muchos piensan.
Aunque yo preferiría un candidato más joven y carismático, hay varias razones por las que la candidatura de Biden no estaría condenada al fracaso. Es cierto que Biden sería el candidato de mayor edad en la historia de Estados Unidos. Tiene 80 años y tendría 86 al final de su presidencia. Y también es cierto que comete muchas meteduras de pata, lo que le dará a sus críticos munición para retratarlo como senil. Pero la campaña de Biden tendría varias cosas importantes a su favor.
En primer lugar, Biden tendría más dinero, porque probablemente no tendrá rivales serios en las primarias demócratas, lo que le permitirá tener más fondos para las elecciones generales del 2024.
En comparación, es probable que el Partido Republicano tenga unas primarias muy competitivas. El actual puntero en las encuestas republicanas, el expresidente Donald Trump, será desafiado por varios aspirantes que le recordarán a todos que Trump perdió las últimas tres elecciones. El expresidente perdió las elecciones del 2020 por más de siete millones de votos, y la mayoría de los candidatos que respaldó perdieron en las elecciones intermedias del 2022.
En segundo lugar, si Trump gana la nominación republicana, como sugieren ahora muchas encuestas, Biden tendrá la ventaja de competir contra un rival que estará abrumado por juicios y posibles acusaciones federales, y que tiene una personalidad repulsiva. Incluso Fox News, la cadena de derecha que la semana pasada fue condenada a pagar US$787,5 millones por transmitir noticias falsas sobre las elecciones del 2020, informó el 11 de abril que “Biden tiene un índice de aprobación más alto que el expresidente Trump” y que, “aunque Trump ha subido en las encuestas para las primarias republicanas, sigue siendo impopular entre el público votante en general”.
Los asesores de Trump seguramente tratarán de convencerlo de que modere su estilo confrontacional. Pero las investigaciones pendientes y las posibles acusaciones federales a Trump por sus esfuerzos para revertir los resultados electorales del 2020 probablemente impulsarán al expresidente a ir al ataque y ser aún más beligerante.
En tercer lugar, Biden podrá hacer campaña contra un Partido Republicano que se ha desplazado hacia la extrema derecha en temas como el aborto, el control de armas, el medio ambiente, la salud pública, la inmigración y la defensa de la democracia. En todos estos temas, Biden está más cerca de la mayoría de la opinión pública que Trump o el gobernador de Florida, Ron de Santis.
En cuanto a su gobierno, Biden dirá que el desempleo ha bajado del 6,3% cuando asumió el cargo al 3,4% hoy, y que es el nivel más bajo en 54 años. Sobre la inflación, dirá que ha subido debido a la pandemia del COVID-19 y a la invasión rusa de Ucrania, pero que está bajando. Biden podrá presumir de haber aprobado la mayor ley de infraestructura en muchas décadas, que modernizará los aeropuertos y puertos obsoletos del país y ampliará el acceso a Internet de banda ancha. También podrá atribuirse el mérito de aprobar lo que ha llamado “la ley más ambiciosa para combatir el cambio climático en la historia”, que acelerará la adopción de vehículos eléctricos y fuentes de energía verde.
En política exterior, Biden dirá, con razón, que ha reconstruido la alianza de Estados Unidos con Europa, después de que Trump la debilitara gravemente al amenazar con retirarse de la OTAN.
Y, en materia de su edad, los demócratas seguramente argumentarán que Trump tuvo problemas para bajar una rampa, tiene sobrepeso y, a menudo, dice barbaridades, como cuando sugirió que la gente se inyecte con detergente para combatir el COVID-19.
Biden no será el candidato que muchos quieren. Pero, si su rival es Trump, salvo que sufra percances mayúsculos, tendrá buenas posibilidades de ganar.
–Editado–
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