Rolando Arellano C.

En lo que va del siglo XXI se habla mucho de las grandes revoluciones tecnológicas, económicas y políticas, pero se comenta poco del inmenso cambio en las de familia. Veamos.

Cuando empezamos nuestra segmentación por estilos de vida encontramos que, además de las sofisticadas (más ricas y cosmopolitas) y las austeras (más pobres y resignadas a su situación), en el Perú había dos grandes grupos de adultas. Las conservadoras (dedicadas casi integralmente al cuidado de su familia, dependientes del ingreso del esposo) y las modernas (que combinan su tarea de madres con actividades que les generan un ingreso). Treinta años después continúan los segmentos, pero las cifras cambiaron radicalmente, pues las modernas, que eran minoría, hoy son el 56%, más que duplicando el 24% de las conservadoras. ¿Qué originó esta transformación?

Esta se dio por diversos factores combinados. El primero es la disminución del número de hijos de cuatro a dos, lo que no solo permitió a más mujeres salir a trabajar y ser cerca de la mitad de la masa laboral, sino también compaginar su vida reproductiva con su carrera. Así, hoy no es un tabú el congelar óvulos para ser mamá mientras sea más adecuado para su desarrollo profesional. Paralelamente, se dio un gran crecimiento educacional y, a nivel universitario, las mujeres no solo son ya mayoría, sino que tienen mejores notas y se gradúan más rápido que sus pares masculinos.

Y, con ello, cambió mucho la actuación de las mamás en la sociedad. Aunque hay aún pocas mujeres dirigiendo las grandes empresas, su proporción crece, y hasta en el Gobierno ocupan puestos de importancia. Las vemos como fiscales, ministras o congresistas (como porcentaje hay más mujeres aquí que en el Congreso de los Estados Unidos o Japón) y, no lo olvidemos, una mamá es presidenta de la nación. Además, son fundamentales para que los peruanos seamos los más emprendedores del mundo, pues, según el INEI, más de la mitad de las empresas que se crean en el país son dirigidas por mujeres.

Pero siendo el cuidado de su familia mucho más importante que sus estudios, su trabajo y sus distinciones, hoy se organizan mejor en espacios como las cocinas populares, que además de apoyar la alimentación les sirven para permitir a más madres salir a trabajar. También tienen ayuda de los maestros, que hoy reciben niños cada vez más pequeños, y de los abuelos, que les dan el cariño familiar indispensable. Y esta revolución es posible también por el cambio en los esposos, sobre todo en los más jóvenes, que hacen tareas antes reservadas a las mamás, como cocinar o lavar la ropa.

En fin, para su regalo del Día de la Madre, mire bien si es una mamá conservadora, que recibirá con gusto la clásica lavadora o la batería de cocina. Pero si es la nueva mamá moderna peruana, piénselo mejor, pues tal vez esos regalos sean más adecuados para el Día del Padre. Feliz día a todas las mamás.



*El Comercio abre sus páginas al intercambio de ideas y reflexiones. En este marco plural, el Diario no necesariamente coincide con las opiniones de los articulistas que las firman, aunque siempre las respeta.

Rolando Arellano C. es CEO Arellano Consultoría para Crecer

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