El presidente Martín Vizcarra ha pedido disculpas al país por la situación generada con los audios sobre Richard ‘Swing’. No hay que dárselas, porque no ha sido sincero.
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/ OpiniónBasada en la interpretación y juicio de hechos y datos hechos por el autor.
| Opinión
El presidente Martín Vizcarra ha pedido disculpas al país por la situación generada con los audios sobre Richard ‘Swing’. No hay que dárselas, porque no ha sido sincero.
Él ha dicho que una persona de su despacho ha generado esta situación “con dichos sin base y sin fundamento” (“El Peruano”, 14.9.2020).
PARA SUSCRIPTORES: ¿Por qué ese equivocan tanto?, por José Incio
No. Quien ha generado esta situación es el presidente mismo.
Richard “Swing” Cisneros fue contratado de forma irregular por el Ministerio de Cultura. Las instrucciones para estas contrataciones, ilegales y vergonzosas, salieron de Palacio.
En Palacio el jefe es Martín Vizcarra. Los audios revelan intentos de su personal de confianza para cubrirlo a él, no a su asistente.
No es lamentable –como él sostiene– que esos audios hayan sido revelados. Es bueno, una y otra vez, conocer la verdad.
En su pronunciamiento sobre los primeros audios revelados, Vizcarra defendió al Perú. Nuestro país, dijo “en medio de la pandemia que atraviesa (…) no merece estar distraído en esta situación”.
El presidente no ve bien. Lo que no merece el Perú en situación de pandemia es que sus autoridades usen tiempo en armar encubrimientos sobre hechos irregulares.
Las visitas de Richard Cisneros a Palacio de Gobierno son reales. El programa Panorama reveló, el domingo antepasado, un nuevo audio, que será decisivo en la investigación (“Audio inédito: Hay que negarlo hasta el final”, 13.9.2020).
Las visitas de Cisneros no eran para Karem Roca (asistente) ni para Miriam Morales (secretaria general). Eran para el presidente Vizcarra.
Una de las interlocutoras dice: “Él sabe cuántas veces lo ha recibido, él no ha sincerado…”. Se refiere al presidente Vizcarra.
En el audio se escuchan cosas como “habría que ver cómo se niega”, “la cosa es cómo cubrirnos. Tenemos que cubrirnos todo el equipo”, “hay que negarlo hasta el final”, “ahora la versión la tenemos que cambiar”.
Morales instruye a Roca sobre cómo responder a los fiscales: no des nombres, le dice. “Yo –le confiesa– trataba de ser colaborativa, así, pero me he cerrado en varias cosas”.
El entorno inmediato de Vizcarra, claramente, ha obstruido a la justicia. ¿Qué encubrían y a quién?
‘Swing’ visitaba a Vizcarra, no a la exasistente personal ni a la exsecretaria general.
En su pronunciamiento, Vizcarra pide a las autoridades que se investigue “la falsedad de los testimonios”.
No es sincero. No se trata de estos testimonios. Él debe decirnos cuántas veces se reunió con Cisneros. Debe revelar quién instruyó que se lo contrate, y por qué.
Al pedir disculpas por otras personas, Vizcarra elude su responsabilidad. Eso no es compatible con una moral de la responsabilidad personal.
Es equívoco que, como él dice, solo se lo pueda “procesar” al término de su mandato. No se lo puede acusar ahora, pero sí se lo debe investigar ahora.
El Congreso, además, tiene toda la facultad (y el deber) de evaluar la dimensión moral de su participación en estos hechos. Sobre todo, si el presidente persiste en ocultar.
A Vizcarra le genera tristeza y decepción la traición de alguien de su entorno cercano. A nosotros nos genera tristeza y decepción saber que Palacio de Gobierno ha sido, en su jefatura, un antro de mentiras y encubrimientos.
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