Insinuaciones, afirmaciones sin pruebas, medias verdades, revelaciones dosificadas, reciclaje informativo. Esto es lo que viene ocurriendo en la política nacional y nadie parece reaccionar de manera contundente.
Luego de que el viernes pasado Óscar López Meneses se negara a declarar ante la comisión parlamentaria que investiga el irregular resguardo a su casa, el ex operador se dedicó a lanzar afirmaciones y frases –que hasta el momento– no puede sostener con pruebas válidas.
Insinúa que estuvo con el presidente Ollanta Humala y su familia en el 2012 en Paracas, y desliza la posible existencia de fotos que corroborarían esto, pero no las muestra.
Asevera además que existen audios que demostrarían que el levantamiento de los Humala en Locumba en el 2000, en plena crisis del fujimorismo, se dio como un elemento distractivo para facilitar la huida del entonces asesor presidencial Vladimiro Montesinos. ¿Qué espera para revelarlos?
Daría la impresión de que López Meneses –en caso sea cierto que posee todo el material que asegura tener– estaría ‘negociando’ el mejor momento o algún beneficio a cambio de no hacerlo público.
López Meneses en todo momento ha sostenido que existe una relación directa y cercana con el mandatario, pese a que este lo niega.
¿Y cuál sería la relevancia de esta cercanía? Que demostraría que Humala no sería ajeno a ninguna trama montesinista en la que estuvo vinculado López Meneses, y que por lo tanto este necesita de toda la protección oficial. Sabe demasiado.
Por eso, y ante las dudas que deliberadamente busca sembrar López Meneses cada vez que abre la boca, lo más saludable sería que con toda tranquilidad el presidente Ollanta Humala dijera que, en vista de que nada tiene que ocultar, está dispuesto a recibir en Palacio de Gobierno a la comisión que investiga el caso, y a colaborar las veces que sea necesario para que esto se esclarezca. El primer beneficiado sería él. En el caso, claro, que la verdad lo acompañe, y efectivamente no tenga nada que esconder respecto a su relación con este tipo.
Mal hacen el Ejecutivo y todos su voceros mediáticos en descalificar, y en algunos casos hasta insultar, a quienes quieren llegar a la verdad.
Y salvando las notables diferencias, está el caso del minero ilegal Víctor Chanduví, quien también afirma que no solo ha colaborado en la campaña presidencial de Ollanta Humala en el 2011, sino que además –cómo no– cuenta con un audio en el que Daniel Abugattás reconoce la donación.
En junio de este año, Chanduví decía exactamente lo mismo, con la versión del audio incluida. También en junio, la Fiscalía de la Nación inició una investigación y el primero en dar su testimonio fue Abugattás. ¿Por qué este afán de reciclar información que ya fue dada en su momento y que incluso ya se encuentra en la fiscalía?
No hay mejor defensa para cualquier denuncia o insinuación que la verdad.